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PRUEBA MOTOR]
Starfisher Cancún 260 Open
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la bañera como en la proa, perfectos
para un barco de verano o mediterrá-
neo, que además se puede convertir en
un crucero de toda temporada con la
adopción del arco de radar y las lonas
correspondientes. No estaría de más
un toque de color para romper con el
excesivo blanco que domina en toda
la bañera.
PUESTO DE GOBIERNO
Bien, cómodo, con perfecta visibili-
dad, protegido y apto para dos perso-
nas. Un parabrisas frontal de una sola
pieza protege adecuadamente además
de no estorbar en la visión frontal,
como ocurre a veces en otros barcos
similares. El asiento, fijo, es ancho,
para dos personas y aunque falta un
reposapiés para el piloto, la ubicación
del volante y la palanca de aceleración
electrónica del Mercruiser, son correc-
tas. La consola es sobria, de diseño
bastante simple, pero con espacio en
el panel frontal para instalar una pan-
talla multifunción. Dispone de un asi-
dero lateral y la relojería del motor se
reparte facilitando su lectura.
El volante, con un diseño en el que
la fibra de carbono le otorga el carác-
ter deportivo, se complementa con el
compás en la parte superior, el cuadro
de interruptores y la hélice de proa, un
opcional siempre útil cuando de trata
de un barco monomotor. Los flaps son
otro accesorio del que no prescindiría-
mos en este barco.
INTERIORES
Es seguramente lo mejor de este bar-
co: la habitabilidad. La altura bajo
baos, la amplitud interna, la simple
pero bien aprovechada distribución de
los distintos elementos que componen
la cabina, y las posibilidades que ésta
ofrece de transformación en la proa,
hacen de este barco un crucero más
que atractivo. Dispone de una zona
delantera con una dinete que puede
acomodar hasta seis personas, y que
se transforma en litera doble con fa-
cilidad. El espacio central de la cabina
reparte, a uno y otro lado, la cocina y
el aseo independiente. Y la parte pos-
terior, bajo el piso de la bañera, queda
destinado a una gran cama doble tipo
conejera. No faltan rincones para esti-
ba, y la altura, repetimos, es más que
notable, ya que casi alcanza el metro
ochenta.
La cocina equipa fregadero de inox,
con varios espacios de estiba, nevera y
una superficie para colocar un fogón.
El gabinete independiente del aseo
alberga un inodoro marino, con un
lavabo con ducha. Un portillo da ven-
tilación a este espacio.
Si bien los interiores ofrecen de un
volumen extraordinario y buena esti-
ba (armarios) hay un par de aspectos
que el astillero podría reconsiderar: el
añadido de un par de portillos más en
las amuras para ganar en luz y airea-
ción naturales; y el evitar la moqueta,
que no es retirable, y sustituirla por
Exteriores bien planteados, tanto en la bañera como en la
proa, perfectos para un barco de verano o mediterráneo.
6.
La bañera sabe
aprovechar la
buena manga de
este barco, de casi
tres metros.
7.
La maniobra
de proa está bien
preparada, con un
balcón abierto y la
correspondiente
roldana.
8.
El mueble de la
cocina exterior es
importante en un
barco de programa
mediterráneo.
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9.
Junto a la
entrada, a babor,
un mueble
de cocina,
complementa el de
la bañera.
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