No quiero ser pesimista, pero es probable que este verano hayamos tenido desagradables sorpresas: el motor no arrancaba, o las baterías estaban descargadas, el sistema eléctrico o electrónico fallaba o el motor del auxiliar se paraba. ISIDRO MARTÍ
Partiendo de la base de que siempre hay algo que falla, la mayoría de las veces estas averías se deben a una falta de mantenimiento o uso durante el invierno. ¿Por qué el motor diésel de un pesquero dura más de veinte años y el de nuestro velero da ya problemas antes de los diez? Porque el pesquero funciona cada día y realiza las labores de mantenimiento, y el motor de una embarcación deportiva sólo se utiliza en verano. ¿Qué hemos de hacer para que esto no ocurra?
Existe una lista de trabajos imprescindibles que hemos de realizar una vez al año o periódicamente durante los meses de temporada baja.
Varada. Hemos de sacar el barco fuera del agua una vez al año. Durante la varada se comprobarán los fondos, se rascará el caracolillo y se pintará de nuevo. También se cambiarán los ánodos de sacrificio y se revisarán visualmente los grifos de fondo, la toma de agua de mar, la sonda y la corredera. Se limpiarán las tomas de agua de las colas.
En caso de embarcaciones menores la invernada consistirá en dejar la embarcación en seco, lo cual requiere un cuidado especial del motor tanto interior como fuera borda, así como de las baterías, que encargaremos a un mecánico o realizaremos nosotros si tenemos los conocimientos y las instalaciones adecuadas.
Motor. Se realizará anualmente el cambio de filtros de aceite y combustible, así como la renovación del aceite. También se cambiará el aceite de la inversora. Un armador cuidadoso puede controlar el número de horas de funcionamiento del motor y realizar el cambio cuando toque, pero mi experiencia me dice que los despistados nos cubrimos las espaldas haciéndolo una vez al año, sean muchas o pocas las horas realizadas. También es recomendable cambiar el rotor del circuito de refrigeración de agua salada –el impeler- preventivamente, antes de que se rompa y deje el recorrido con restos de palas rotas que siempre son un engorro de limpiar y pueden obstruir el paso del agua. Hay motores que en el interior también tienen ánodos de sacrificio que se han de revisar y cambiar. Se realizará una inspección visual del motor, destapando todos sus accesos, para detectar si pierde aceite o combustible, si los circuitos de agua dulce y salada permanecen estancos. La sentina del motor nos dirá muchas cosas del mismo.
Velas. Se desenvergarán las velas si no se van a usar durante meses, así como los toldos y las fundas. Es casi obligado su paso por la velería o el todero para recoser algunos puntos dañados o desgastado, sobre todo si ya tienen unos años. Se revisarán los patines y los ollaos, así como los grilletes.
Cabuyería. Se recorrerán las drizas, en concreto las de los génovas enrollables, que al permanecer largas temporadas izadas y con tensión, suelen sufrir un desgaste adicional debido a su posición inalterable. Aprovecharemos para revisar las amarras, el cabo del enrollador, las escotas y el resto del material.
Sistema eléctrico. Se comprobará que todas las luces funcionen, las del interior, las de navegación y el resto. Haremos lo mismo con las bombas de achique, de las duchas o las bombas de trasiego de tanques o pozos de duchas. Se revisará la electrónica, el funcionamiento de la radio y de los equipos interiores y exteriores, el calentador de agua y las bombas de presión del circuito de agua dulce interior. Aprovecharemos para cerciorarnos de que la nevera funciona y enfría. Muchas de estas funciones ya se han realizado durante la temporada, pero no es seguro de que las hayamos anotado en una libreta para repararlas durante el invierno: por algo estamos de vacaciones, ¿no?
Fontanería. Es importante que el circuito de agua dulce de aseos y cocina se utilice periódicamente durante el año, para que el agua circule y las bombas no se atasquen. También haremos lo mismo con el circuito de bombas de agua salada de los aseos. Se bombeará periódicamente para que las gomas no se sequen y el agua no se pudra en el circuito.
Gas. Quitaremos la bombona de gas del exterior para evitar que se oxide durante el invierno, más si probablemente no la vamos a utilizar. La guardaremos en un cofre más protegido exterior. Comprobaremos las gomas que no estén caducadas, los manguitos, la llave y las conexiones.
Seguridad. Miraremos la fecha de caducidad de los cohetes y bengalas, así como la fecha de revisión de la balsa y las pilas de la radiobaliza. Ventilaremos los chalecos salvavidas y también miraremos las fechas de los medicamentos del botiquín. Repondremos algunos si se han utilizado, como pastillas anti mareo y tiritas. Comprobaremos el certificado de navegabilidad y las revisiones.
Auxiliar. Limpiaremos con agua dulce y dejaremos secar la embarcación auxiliar, guardando los remos, tapones, la mancha y todo el equipo en un lugar seguro y ordenado. Haremos lo mismo con el motor fueraborda, teniendo especial cuidado en el limpiar el circuito de refrigeración abierto de agua salada, enjugándolo con agua dulce. Si no tenemos la manera de hacerlo, lo subcontrataremos al mecánico.
Realizaremos una buena limpieza de cubierta y de interiores, y llenaremos los tanques de agua dulce y de combustible al máximo. No es todo, pero es mejor que nada.