Revista Nautica Y Yates 22 - page 128

[A BORDO]
Monte Carlo Yachts MCY 105
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En proa se ha habilitado otra cubierta de estar al
aire libre, dotada con los elementos de mobiliario ade-
cuados a la función que debe cumplir, que no es otra
que permitir acompañar la navegación desde proa, ce-
nar relajadamente lejos de miradas indiscretas una vez
amarrados en puerto, o sencillamente disfrutar de un
fondeo o aislarse cuando se desee.
Otra solución innovadora es la ventana que se en-
cuentra entre este espacio y la superestructura y que
proporciona luz a la cabina del armador situada a proa
de la cubierta principal.
La cubierta de popa, comunicada a pie plano con
el salón interior y con acceso directo a la plataforma
de baño, es el tercer espacio que permitirá disfrutar
de los exteriores de esta unidad, tanto en navegación
como en el fondeo o el amarre. Desde aquí, una es-
calera conduce a la sala de tripulación de la cubierta
inferior. Esta zona, dotada de tres cabinas, la cocina
general y una salita de descanso, separa la zona de no-
che destinada a los invitados de la sala de máquinas,
contribuyendo así a aislar las cabinas del ruido y las
vibraciones generados por el motor y los sistemas, toda
vez que permite que la tripulación circule por todo el
barco sin tener que cruzar por las zonas comunes si no
es necesario.
CUBIERTA PRINCIPAL DIÁFANA
Las grandes ventanas laterales que recorren las bandas
de la superestructura proporcionan luz a raudales en el
interior y vistas excepcionales sobre el entorno. El salón
ocupa toda la manga y se destina exclusivamente a es-
tar y entretenimiento, reservando la zona de más a proa
para el comedor, definiendo un ambiente único, que
queda separado del puesto de gobierno por un mam-
paro tras el que se ocultan las escalera que conducen a
la cabina del armador y la zona de noche de invitados.
El gran volumen queda enmarcado por las grandes
cristaleras cuadradas, invisibles desde el exterior, a la
vez que una doble puerta corredera a cada banda da
acceso a los pasillos laterales y a la terraza que se des-
pliega sobre el agua desde el estos y que queda oculta
en la borda una vez recogida.
Los diseñadores han optado en este ambiente tan
luminoso por los tonos suaves, sin estridencias, y por
maximizar el espacio desproveyéndolo de elementos
que pudiesen dificultar el paso u obstaculizar la visión
hacia el exterior. Por ello todo el mobiliario es bajo,
e incluso la separación entre el salón y el comedor se
encarga a un armario exento que no limita la visual
hacia popa ni hacia las bandas una vez sentados en la
mesa que puede dar servicio hasta a diez comensales.
8.
Flanqueado
por enormes
ventanales
y una doble
puerta
corredera
de acceso a
las bandas,
el salón
configura
un volumen
único con el
comedor.
En el MCY 105 el lujo se conjuga en términos de disfrute
del espacio y del tiempo a bordo.
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