Náutica y Yates 26 - page 161

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Trucos
[CRUCERO PRÁCTICO]
Seguridad
Vida a bordo
E
l heliógrafo, o espejo de señales,
es un instrumento básico de segu-
ridad que debe estar siempre a bordo
de cualquier embarcación, por peque-
ña que sea. Es pequeño y de alta efec-
tividad en sus señales.
Es difícil apuntar el rayo reflejado
en el espejo a un punto concreto. La
oscuridad de la zona objetivo ayuda a
afinar la puntería, pues la observación
del impacto luminoso permite hacer
L
a nevera es indispensable a bor-
do, siendo mucho mejor si se tra-
ta de un frigorífico eléctrico. En este
caso se deberá tener un buen control
del consumo eléctrico si no quiere
quedarse sin baterías.
Los alternadores accionados por el
motor son la fuente principal de car-
ga de baterías. Dicho de otra manera,
la electricidad en un barco se genera
cuando el motor está funcionando.
En un velero la situación se vuelve
más crítica, pues al navegar a vela
se deja de producir energía. Depen-
diendo del barco, quizás disponga de
placas solares, aerogeneradores, hi-
drogeneradores o generadores a mo-
tor, pero la mayoría de los casos solo
se cuenta con el motor principal para
cargar baterías.
Para poder disfrutar siempre de
alimentos y bebidas frescas deben
Probando el heliógrafo
las necesarias correcciones para acer-
tar con el objetivo.
Los heliógrafos solucionan este
problema de una manera sencilla.
En primer lugar es necesario taladrar
el centro del espejo para poder ver a
través de él. Coja un día el heliógra-
fo de su equipo de seguridad. Verá
que unido a él mediante una piola
de unos 50 cm existe una cartulina
también perforada. Esa cartulina es
básica para afinar la puntería. Con
una mano sujete el espejo frente al
ojo. Extienda la cartulina con la otra
mano y apunte el reflejo al orificio de
la cartulina. En ese preciso momento
el reflejo se dirigirá hacia el objeto
que esté apuntando la alineación de
los dos orificios, el del espejo y el de
la cartulina.
Albert Puerto
E
xisten muchos tipos de
cabezas de tornillos, cada
una de las cuales está recomen-
dado para unos fines concretos.
Cuando se pretende enrasar la
cabeza para no molestar el paso,
la mejor elección es la utiliza-
ción de tornillería de cabeza
avellanada. Este tipo de cabeza
tiene forma cónica, y para que
la cabeza quede enrasada es ne-
cesario que la pieza atornillada
o la superficie sobre la que tra-
baja el tornillo tengan también
forma cónica.
Los avellanadores son unos
pequeños útiles que se acoplan
a los taladros cuya misión es la
de preparar las superficies para
recibir tornillos avellanados.
Y a esta acción se le denomina
avellanar. Dependiendo del ta-
maño de los tornillos el avella-
nado será más o menos profun-
do, y es conveniente acertar con
el avellanado correcto para que
la cabeza quede completamen-
te enrasada con la superficie.
Los avellanadores se sirven
normalmente en unas pequeñas
cajas en las que se encuentran
avellanadores de varios tama-
ños. Se montan en el portabro-
cas del taladro y se procede a
abocardar la superficie hasta
conseguir la profundidad ade-
cuada. También existen avella-
nadores manuales.
Herramientas
seguirse unos sencillos consejos. En
primer lugar, sólo poner en funciona-
miento el frigorífico cuando el motor
esté arrancado. Tener un diseño de
nevera de carga superior, para que el
frío no escape. Aislar perfectamente
el fondo, las paredes y la tapa de la
nevera, abriéndola las mínimas veces
posibles. No programar el termosta-
to a temperaturas extremadamente
bajas. Y cargar con botellas de agua
congeladas previamente en casa o en
un restaurante del puerto, que man-
tendrán bajas temperaturas en el in-
terior de la nevera.
Avellanadores
El buen uso del frigorífico
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