[PRUEBA MOTOR]
Monte Carlo 6
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espacioso que puede acoger hasta
diez personas, asientos conforta-
bles para aprovechar la navegación,
y una protección perfecta gracias
al T-top de carbono. En efecto, el
flybridge se ha llevado al límite en
sus dimensiones, y es éste, sin duda,
uno de los puntos fuertes del barco.
La característica del T-top o bimini
hidráulico es que aporta la protec-
2.
La MC6 ofrece no
pocos atractivos,
como por ejemplo
el T top de carbono
con el techo
eléctrico.
3.
El gelcoat
crema y los tonos
turquesa otorgan
a la MC6 una
personalidad
que la identifica
fácilmente.
4 y 5.
El puesto de
gobierno interior
se inspira en los
megayates.
6.
La proa presenta
estas dos originales
hamacas plegables.
7.
Desde el fly el
gobierno de la MC6
brinda las mejores
sensaciones.
8.
La bañera de
popa, espaciosa y
en comunicación
con el salón
interior, tiene
acceso directo a
la plataforma de
baño.
9.
La maniobra
asistida con
winches y la
pasarela empotrada
son detalles que
refuerzan la calidad
de este barco.
ción deseada y, como novedad, la
terraza de cubierta de teca integra
dos tumbonas y luces flush.
A esta zona superior se comple-
menta la bañera de popa, en cone-
xión con el salón, dotada de un gran
sofá en la popa, paso directos a la
plataforma de baño por estribor, y
la adopción de una parrilla eléctrica
en el espejo de popa, cumpliendo
con los deseos del mercado america-
no, muy aficionado a estas activida-
des en el mar.
Los pasos laterales que llevan a
la proa no son muy anchos, pero
quedan bien protegidos y disponen
de pasamanos altos a lo largo de la
cabina, aunque son cortos y se echa
en falta su prolongación hasta el pa-
rabrisas. La estética aquí priva un
poco de la seguridad.
La cubierta de proa ofrece otra
sorpresa: dos hamacas de teca ple-
gables que quedan a ras de suelo
cuando no se necesitan. La proa
cuenta con un balcón semiabierto y
una maniobra de fondeo completa.
Tanto los herrajes como los acaba-
dos en general de toda la cubierta y
sus complementas se corresponden
a una eslora de alto nivel, y en este
caso Monte Carlo no ha escatimado
en nada.
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