SUPER
YATES
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riormente vendido por Factoría Naval Marín a Juan
Carlos Rodríguez Cebrián, director general de Inditex
y casado con Dolores Ortega, sobrina de Amancio Or-
tega, que lo rebautizó como
Tumberry.
En 2013 La Factoría Naval Marín entró en concurso
de acreedores y en 2014 sus instalaciones fueron com-
pradas por la factoría Nodosa a la caja Novagalicia,
principal acreedor. El barco, en gran parte construido
pero inacabado, se volvió a vender para ser terminado
en Rodman Metalships donde fue finalizado y botado
en agosto de 2016, a tiempo para ser presentado en
el Monaco Yacht Show —en exhibición y venta por
Camper & Nicholsons al precio de 31.900.000 eu-
ros— donde despertó un enorme interés.
Y no es casual que así fuese. El hasta entonces
Nu-
fer II
se vació prácticamente al completo y Rodman
Metalships & Docks, con una gran experiencia en bar-
cos de trabajo y de servicio a plataformas petrolíferas
offshore, realizó en él una verdadera transformación
aplicando todos los conocimientos profesionales de sus
4 y 6.
El
armador
dispone de
una suite a
toda la manga
con oficina,
salón, dos
baños y dos
roperos.
5.
Una
escalera
central espiral
rodea el
ascensor que
comunica las
cubiertas.
equipos de ingeniería, instalaciones y sistemas. El re-
sultado, el
Maybe
que visitamos, es pues una maravilla
desde el punto de la calidad técnica de las instalacio-
nes. Un ejemplo de ello es la sala de máquinas a dos
niveles y el corredor de servicio que discurre por la cu-
bierta baja comunicando todo el barco. Pocas veces y
en contadas ocasiones hemos visto una sala de máqui-
nas tan profesionalmente agenciada. Para hacerse una
idea de la importancia que el astillero ha dado a estos
aspectos, solo hay que notar que las áreas técnicas en
todo el barco, incluyendo el puente de mando, ocupa
una superficie de 1.605 metros cuadrados.
Y no es extraño ya que el
Maybe
está orientado a
las navegaciones oceánicas largas y a enfrentar las con-
diciones asociadas a ellas, condiciones que requieren
enorme fiabilidad de la propulsión y los sistemas —
tanto los mecánicos como los hidráulicos, eléctricos o
electrónicos— así como capacidad para resolver cual-
quier inconveniente por los propios medios. No en
vano su autonomía es de 5.000 millas náuticas. Un
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La suite del
armador, de 133 metros
cuadrados dispone de
salón y oficina y ocupa
toda la manga.