[OCÉANOS]
Vendée Globe
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N
i siquiera los incrédulos tienen ya motivos
para mantener sus dudas. Si alguien discutía
aún la superioridad de los monocascos dotados
de foils en navegación oceánica (la discusión ya estaba
superada en el caso de los multicascos), la Vendée Globe
se ha encargado de zanjar este debate para siempre. A
falta de confirmación final –en el momento de redactar
esta crónica, los líderes aún no habían cruzado la línea
de llegada–, los cuatro primeros clasificados de la vuelta
al mundo en solitario sin escalas eran imocas dotados
de esos apéndices voladores. Y los dos participantes con
foils que se retiraron ocupaban buenas posiciones en el
momento de tirar la toalla.
Algunas circunstancias obligan, si se quiere, a matizar
esa conclusión tan contundente. Por una parte, pocos
equipos podían rivalizar en presupuesto, experiencia y
preparación con ellos; tan solo el
PRB
de Vincent Riou
y quizás el
SMA
de Paul Meilhat podían aspirar en prin-
cipio a tratar de tú a tú a los grandes favoritos. Por otra
parte, los barcos con foils eran los únicos participantes
de última generación (con la única excepción del
Maître
CoQ
, de Jérémie Beyou, que es el ex
Banque Populaire
de
Los foils arrasan
A pocos días de la llegada, los cuatro primeros son imocas dotados de esos apéndices
Vendée Globe | Primeras conclusiones
Kiku Cusí