Mini-Transat
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E
l golfo de Vizcaya, el enfurecido ogro que en
otras ocasiones ha puesto patas arriba la Mini-
Transat, ha mostrado este año su cara más ama-
ble para permitir una primera etapa entre Douarnenez
y Lanzarote sin grandes temporales. Al menos, esa es
la previsión, que se está cumpliendo en el momento de
cerrar esta edición. Vientos suaves de proa al principio,
con una transición hacia el noroeste antes de dejar paso
a unos alisios fuertes del norte a la altura de Portugal.
Finisterre se presenta como la mayor dificultad de las
1.257 millas entre Douarnenez y Lanzarote para los 71
navegantes que consiguieron zarpar del puerto francés;
quien no pudo tomar la salida fue Nacho Postigo, víc-
tima de un grave error de la organización, que emba-
rrancó su barco cuando lo remolcaba hacia la zona del
inicio de la travesía.
El
Vamos Vamos
del santanderino afincado en Mallor-
ca tiene rota la vela de la quilla y tocado el bulbo.
“He
hecho una solicitud de reparación y estoy a la espera de la
respuesta del jurado internacional. Espero poder estar en la
salida de Lanzarote, mis planes son llevar el barco de vuelta
a España, repararlo y preparar la salida de Lanzarote para
poder cruzar el Atlántico en mi barco, que es por lo que estoy
aquí”
. De momento, se le ha autorizado ya a tomar la
salida de la segunda etapa (Lanzarote-Guadalupe, de
2.764 millas) pese a no correr la primera, y un comu-
nicado de la propia organización pone de relieve que lo
lógico sería que fuera compensado en la clasificación
general, aunque esto dependerá del jurado internacio-
nal.
DISFRUTAR LA AVENTURA
El resto de la flota sí pudo tomar la salida con nor-
malidad, con una gran actuación de otro santanderino,
Un golfo de Vizcaya
benigno
La primera etapa de la popular transatlántica
esquiva los temporales de otoño.