Croacia
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5.
Muralla del
puerto de
Dubrovnik.
de 20 millas. Su principal pobla-
ción la encontramos al este insular:
Sali, un pequeño puerto rodeado de
restaurantes.
Ya en Kornati, podemos disfru-
tar de decenas de rincones que solo
son accesibles en barco; pequeñas
calas y fondeos con alguna taberna
regentada por familias de pesca-
dores. Navegación segura, buenos
abrigos y la posibilidad de avistar
delfines…
De obligada visita es el lago de
agua salada Mir, rodeado de fron-
dosos pinares. Más al norte del lago
Mir y en el extremo de la bahía
tenemos un fondeo espectacular y
seguro.
Siguiendo la costa de Zadar ha-
cia el sur hasta llegar a la estraté-
gica ciudad de Sibenik, encontra-
mos numerosas islas, la mayoría de
ellas deshabitadas y solo accesibles
con barcos privados. La entrada a la
ensenada de la ciudad medieval de
Sibenik es espectacular; un angosto
paso que por su estratégica situa-
ción siempre ha sido un bastión mi-
litar. Desde Sibenik, remontando
el río, apenas cuatro millas nos se-
paran del pueblo de Skradin desde
el que podemos visitar las cascadas
del parque Nacional de Krka. Hay
lugar para amarrar en la propia ma-
rina o fondear con cabo a tierra. El
pueblecito es precioso y podemos
aprovechar para degustar un peka,
un cochinillo asado a la manera lo-
cal.
Sibenik, por su situación estra-
tégica y por estar muy protegida,
se ha convertido en unos de los
puertos principales donde se han
establecido las principales bases de
alquiler de barcos y en concreto go-
letas. Murter, Zirje o Zlarin son las
principales islas que hay enfrente
de Sibenik; cualquiera de ellas es
un buen lugar para fondear al abri-
go de los vientos dominantes.
La costa que discurre hacial el
suroeste hasta Spit tiene numero-
sas playas y bahías de gran belleza,
aunque bastante urbanizadas.
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árida isla de Pag, famosa por sus
quesos y vida nocturna, merece una
recalada en Simuni o su capital.
ZONA CENTRAL
Zadar es la ciudad más relevante de
la zona y es de obligada visita por
su casco antiguo y vestigios roma-
nos. Antes de embarcar o al des-
embarcarnos, no hay que perderse
el órgano marino de Zadar, el ma-
yor órgano sumergido del mundo
donde podemos escuchar la música
que producen en él las olas. Desde
la misma ciudad o poblaciones cer-
canas como Sukosan podemos em-
barcar y zarpar para visitar dos de
las joyas del Adriático: el Parque
Nacional de Kornati y la Reserva
Natural de Telascica.
Un rosario de islotes de una gran
belleza junto con un lago de agua
salda en la isla Dugi Otok forman
un espectacular archipiélago único
en el Mediterráneo. La isla de Dugi
Otok tiene de norte a sur poco más
