OCÉANOS
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ñida. Casi todo el mundo da por sentado que los nue-
vos imocas deberían imponerse claramente en vientos
portantes, pero sobre el papel no parecen superiores
en ceñida. Además, no puede olvidarse que el mismo
Riou fue el vencedor de la Transat Jacques Vabre, el
pasado mes de noviembre.
Mención aparte merece el triple vencedor de The
Transat, Loïck Peyron, que esta vez no opta a la victo-
ria. El legendario navegante bretón correrá en un barco
también legendario, el
Pen Duick II
, con el que Eric
Tabarly venció en la edición de 1964. Este homenaje a
uno de los padres de la competición oceánica moderna
se completará con la decisión de Peyron de navegar con
sextante y los “arcaicos” medios de aquella época.
E
sta decimotercera edición será muy distinta de
la primera, en 1960, cuando cinco excéntricos
navegantes desafiaron el Atlántico en solitario
para navegar desde Plymouth hasta Newport. Si en-
tonces los participantes zarparon prácticamente desa-
percibidos, el próximo 2 de mayo los 27 participantes
lo harán rodeados de cámaras y miles de seguidores. El
vencedor de aquella lejana primera edición, el
Gypsy
Moth III
de Francis Chichester, parecería un lilipu-
tiense en medio de la flota actual: sus 40 pies de eslora
solo podrían compararse con los 12 Class 40 inscritos.
Pero los grandes favoritos son mucho más grandes,
en una clara imagen de lo mucho que ha evolucionado
la vela oceánica en este medio siglo. El nuevo
Macif,
el
flamante trimarán gigante diseñado para que François
Gabart bata el nuevo récord de la vuelta al mundo en
solitario, mide 30 metros de eslora y 21 de manga. Su
gran rival será Thomas Coville, a bordo del
Sodebo
, con
permiso de Yves Le Blevec. Estos mons-
truos del océano tendrán como
objetivo no solo llegar
primeros a Nueva York, sino
también batir el récord de la prueba,
establecida por Michel Desjoyeaux en 2004
en ocho días y ocho horas.
La atención se centrará también en la clase Imoca,
para comprobar hasta qué punto el mejor de los bar-
cos de esta clase sin foils –el
PRB
de Vincent Riou-
es capaz de plantar cara a los nuevos diseños
voladores
equipados con foils en un recorrido básicamente de ce-
Cuna de grandes estrellas
L
a Ostar, rebautizada The Transat, ha lanzado a
la fama a grandes navegantes. En esta regata
se forjó, o se consolidó, la fama de marinos como
Francis Chichester, Eric Tabarly, Alain Colas, Clare
Francis, Loïck Peyron, Francis Joyon y Ellen McArthur,
por citar solo algunos. Entre los españoles que
corrieron esta regata, figuran Joan Guiu, en dos
ocasiones, Enrique Vidal, Víctor Sagi y José Luis de
Ugarte.
The Transat vivió su época más gloriosa en los
años 70 y 80 del siglo pasado, cuando congregaba
a más de 100 participantes en la línea de salida.
No había entonces ni GPS, ni cartas electrónicas,
ni previsiones meteorológicas. Había que situarse
con el sextante en cartas de papel, algo no siempre
posible cuando la niebla impedía ver el sol y, por
tanto, tomar rectas de altura. Si en 1960 Chichester
completó el recorrido en 40 días, en 2004 Michel
Desjoyeaux estableció un nuevo récord en ocho días
y ocho horas.
A partir de 2004, The Transat es una regata
destinada a navegantes profesionales. Los
amateurs, a bordo de barcos más pequeños y no tan
sofisticados, compiten cada cuatro años en la OSTAR
(Original STAR). La próxima edición de la OSTAR se
correrá en 2017.
27 navegantes participan en la
primera de las transats en solitario.
El Imoca
60
PRB
de
Vincent Riou
Loïck Peyron
navegará en
el legendario
Pen Duick II.
José Luis de
Ugarte, paticipó
en dos Ostar, la
primera en 1980
y la segunda,
en la que quedó
tercero, en 1984.
©
Alexis Courcoux.
©
B. Stichelbault