Revista Nautica Y Yates 24 - page 150

[PRUEBA VELA]
Solaris 50
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por tanto en la visión exterior que
ofrecen las ventanas superiores. Pe-
se a ello, el diseño logra un interior
luminoso que, complementado por
la limpieza de líneas que se obser-
va por doquier, produce volumen y
sensación de amplitud. El hecho de
que los bancos de proa y popa de
la mesa central no tengan respaldos
amplifica esta sensación sin restar
comodidad.
La mesa de cartas se reduce a la
mínima expresión y puede situarse
mirando a proa o a estribor, como
era el caso, siempre integrada con la
banqueta-sofá del salón. Tampoco
se necesita mucho más, atendiendo
a las posibilidades de instalación de
electrónica que ofrecen las grandes
consolas de la bañera y a que esta-
mos en un velero radicalmente mo-
derno que ofrece todas las posibi-
lidades de comunicación sin hilos
desde estas a la mesa de cartas. Aun
así, hay en ella espacio más que su-
ficiente para electrónica, controles y
repetidores.
La cocina es en L y generosa,
práctica, con excelentes guardama-
res que permiten sujetarse bien. La
amplitud del espacio los exige, pero
aun así echamos en falta una cincha
de sujeción para cuando estemos
trabajando frente a los fuegos de la
cocina. Los cajones y armarios son
de madera laminada con frontales
de teca maciza y con amortiguado-
res de apertura. La unidad en que
navegamos disponía de dos neveras,
de apertura vertical y de cajones,
pero estos últimos son una opción.
Hoy en día, en una unidad de cru-
cero de lujo, estos opcionales debe-
rían ser ya un estándar.
Dado el espacio que el diseño re-
serva para el garaje de popa y el co-
fre de velas de proa la configuración
de tres cabinas y dos baños es la
única que ofrece el astillero. Como
opción puede substituirse el gran
pañol de velas por una cabina para
marinería.
La cabina de proa destaca por su
altura, la suave iluminación indi-
recta que multiplica la sensación de
confort, y la capacidad de estiba,
que incluye grandes cajones bajo la
cama. Esta puede colocarse central,
con pasos a los lados o a una banda,
en cuyo caso el baño se sitúa a proa
de la cabina aislándola del camarote
de marinería.
Las cabinas de popa permiten op-
cionalmente dos camas individua-
les en dos niveles con objeto de que
pueda ser compartida por una pare-
ja de amigos o los niños, una solu-
ción que cada día se impone más,
en substitución de las camas dobles
únicas. Los baños, con encimeras de
carbono, poseen ducha separada por
puertas de doble hoja, y disponen
de espacio para ropa mojada con
drenaje a la sentina del baño, algo
que se agradece enormemente cuan-
do la meteo no acompaña.
NAVEGACIÓN
Antes de subir a bordo nos hace-
mos dos preguntas. ¿Se corresponde
el atractivo aspecto exterior creado
por el argentino Soto Acebal con la
calidad de construcción? ¿Navega-
rá como sugieren las formas del cas-
co? A ambas cuestiones, tras la vi-
sita y la prueba debemos responder
afirmativamente. Casco y cubierta
están construidos en molde hembra
en sándwich con núcleo de Airex,
laminados por infusión al vacío.
Donde se necesitan, como en la qui-
lla, en cubierta alrededor del palo y
los cadenotes, los refuerzos son de
carbono. Los longitudinales y trans-
versales son de composite, lamina-
dos y encolados al casco, y también
el mamparo principal y el de proa
5.
La cabina de
proa permite
colocar la cama
central o a la
banda, en cuyo
caso dispondremos
de una banqueta
de asiento.
6.
La opción de
dos literas en una
de las cabinas de
popa nos parece
especialmente
adecuada.
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El Solaris 50 es, por prestaciones, un velero de
regata aunque con plena capacidad de crucero.
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