Maestrale 820 Walkaround y 680
[PRUEBA MOTOR]
adapta muy bien a esta potencia.
En suma, un modelo interesante
por su navegación, sus aportaciones
en habitabilidad, su configuración y
la calidad de los detalles, aunque le
quedan algunos flecos pendientes,
de fácil solución, por rectificar.
Modelo con unos acabados más
que correctos, que determinan un
notable nivel de calidad en esta esta
semirrígida cabinada.
NAVEGACIÓN Y
CONCLUSIONES
La 820 Walkaround presenta una
carena con una acentuada V en proa
y unas líneas de casco totalmente
nuevas, que permiten una navega-
ción confortable y seca. Es un cas-
co que soporta muy bien la mar de
proa y tiene además grandes presta-
ciones de planeo. En el agua con los
dos Yamaha de 200 Hp se comporta
con mucho nervio, y planea en solo
cuatro segundos, lo que representa
una marca excelente para esta eslo-
ra de ocho metros. Y en nueve se-
gundos más es capaz de alcanzar su
velocidad punta de 41,5 nudos. Al
volante es muy maniobrable, esta-
ble, seca por su elevada proa, es una
carena de última generación que se
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12
13
15
12.
La consola de
gobierno está muy
bien diseñada.
13 y 14.
La cabina es
sencilla, pero con
suficiente volumen.
15.
Los dos Yamaha
de 200 Hp son la
potencia idónea
para esta eslora.
16.
La 820 WA es
una semirrígida con
mucho nervio, muy
rápida, con gran
capacidad de salida
y planeo, marinera
y seca.
17.
La Maestrale
680 es un modelo
clásico, muy
gobernable, ideal
para las salidas de
día familiares y los
deportes náuticos.
18.
Los bancos
de popa se
convierten en un
segundo solárium
ajustando la mesa
y añadiendo
la colchoneta
correspondiente.
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MAESTRALE 680
La Maestrale 680 es un diseño dota-
do de una buena carena y una distri-
bución muy acorde a su eslora. Es un
modelo clásico, bien proporcionado
y con todos los elementos necesarios
en una eslora de este tamaño.
La proa queda ocupada por un
solárium que esconde dos cofres
debajo y sus correspondientes resor-
tes para que no cueste levantar las
tapas, y el pozo de anclas. El ancla
va colgada y el molinete empotrado
en la pieza de fibra que configura la
proa. Las cornamusas están bien co-
locadas igual que las de popa, que
trabajan horizontalmente. La zona
de proa se completa con el asiento
de la parte delantera de la consola,
cuyo respaldo se levanta para dar
acceso a un gran espacio de estiba.
La popa queda totalmente ocupa-
da por un sofá en forma de U en tor-
no a una mesa que se puede ajustar
para formar el solárium con la co-
rrespondiente colchoneta. Bajo los
asientos se aprovechan los espacios
disponibles como cofres de estiba,
lo que hace que en esta semirrígi-
da este problema queda totalmente
resuelto: cabe todo, y hay espacio
para guardarlo todo. Sin embargo,
hay que hacer dos observaciones: los
ocupantes de estos sofás echarán en
falta algunos puntos de agarre, y las
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