[Prueba motor]
Monte Carlo 4
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obstante, una toldina se esconde en
la parte posterior del fly, desde don-
de se extiende, para acabar de cubrir
el banco de la bañera.
La popa está ocupada por un ban-
co –con enorme cofre de estiba de-
bajo- que respeta la entrada directa
de la plataforma de baño (opcional-
mente hidráulica). Aquí hay espacio
suficiente para transportar un anexo
de buenas dimensiones. La pasarela
telescópica y los buenos herrajes de
amarre en popa y proa, facilitan el
acceso a puerto y el fondeo. La proa
presenta un formidable pozo de an-
clas, y la cubierta queda ocupada por
unas colchonetas de solárium en dos
partes que respetan el tragaluz y la
escotilla de la cabina de proa. Los
pasos laterales, no excesivamente
anchos, cuentan con pasamanos altos
que, por razones de diseño, no llegan
hasta la proa y se quedan cortos.
Si hay algo más que destacar de
la zona abierta es la calidad en los
acabados, el diseño y los numerosos
detalles, repartidos por el resto del
barco.
2.
La Monte
Carlo 4 comparte
carena con la MC5,
dentro del mismo
estilo de diseño y
decoración, pero
con dos cabinas
únicamente.
3.
La popa, con una
buena plataforma
de baño y acceso
directo, reafirma la
personal imagen de
las MC.
4.
Una toldina
estibada en la
parte baja del fly
se despliega para
proteger del sol la
bañera.
5.
La parte
posterior del fly
queda ocupada
por un gran sofá en
torno a una robusta
mesa de teca.
6.
Gran parte de la
cubierta de proa
está destinada a
un tragaluz para la
cabina de proa.
7.
La cubierta
de proa queda
ocupada por unas
mullidas colchone-
tas de solárium.
Puestos de gobierno
Ambos puestos de gobierno están
perfectamente resueltos. En el fly,
con un asiento individual, ajustable,
de diseño y muy cómodo, que per-
mite disfrutar de gran visibilidad.
La consola hace juego con la buta-
ca, combinando los colores oscuros
marrón con el claro del volante, y
dejando una amplia superficie para
toda la instrumentación necesaria.
Es decir que en la MC4 no ocurre
como en otros cruceros que se limi-
tan a una pieza de fibra blanca más o
menos bien puesta. Aquí el puesto
del fly es de alto nivel, ergonómico y
realizado con buen gusto.
Lo mismo ocurre en la cabina. El
patrón disfruta de una consola bien
dimensionada para que se pueda
montar toda la electrónica necesa-
ria, con todo el contorno forrado en
cuero, como tantos otros detalles del
barco. El puesto queda sobreeleva-
do con respecto al plano del salón y
cuenta con un asiento de dos plazas.
Este espacio está un poco más ade-
lantado que el del fly y permite una
visión elevada de toda la proa. Las
palancas electrónicas de los Volvo
Penta están bien situadas, dispone
de guantera a babor pero no tiene un
reposapiés.
Dos puestos casi impecables, muy
cuidados, con todo tipo de detalles,
volantes regulables y dentro del es-
tilo del resto del barco, pero donde
sobre todo destaca la ergonomía.
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