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[CRUCERO PRÁCTICO]
Principios básicos de la vela
Texto e ilustraciones de Isidro Martí.
L
a superficie vélica de un
velero es la máxima para
las condiciones mínimas o
medias de viento. Si la intensidad
sube lo único que tenemos que
hacer es reducir trapo. La prime-
ra razón por la que reduciremos
vela para compensar la escora. Si
el viento sube y las velas son las
mismas, el barco escorará. Y esco-
rar demasiado no es aconsejable: la
vida se hace incómoda en cubierta
y en el interior, los materiales —
velas, cabos, jarcia— sufren una
tensión excesiva que puede forzar
la rotura, y además el timón realiza
un sobreesfuerzo. Esta situación se
hace muy patente cuando vamos ci-
ñendo, en contra del viento, porque
el efecto de la racha es inmediato
sobre la escora.
Pero cuando vamos en empopada
la cosa cambia. Al navegar a favor
del viento ocurren varias cosas. La
primera es que el viento aparente es
inferior al viento real. Como vamos
a favor del viento, nuestra velocidad
hace que el viento que apreciamos
sea inferior al que registraríamos si
estuviéramos parados. Entonces las
subidas de viento no son tan eviden-
tes. También la escora es relativa,
porque al navegar en popa el par de
inclinación del viento no es tan la-
teral como longitudinal, por lo que
la escora no “avisa”. La conclusión es
que cuando se navega en popa, con
el viento a favor, hay que estar más
atentos a las rachas, de lo contrario se
nos complicará la maniobra.
Además de la escora, cuando
cargue la racha notaremos que el
barco resulta más difícil de gober-
nar. Una de las causas son las olas,
lógicamente, pero otra causa es el
desequilibrio entre el centro vélico
y el de carena. Así, tenemos otro
aviso de que las cosas se están po-
niendo feas. Todo experto regatista
sabe que durante la ceñida es bue-
no que el barco sea “ardiente”. Esta
expresión quiere decir que el velero
tiene una ligera tendencia a orzar,
pero hemos de tener claro que esta
tendencia ha de ser ligera, es decir,
que si tenemos que realizar un gran
esfuerzo para mantener el rumbo y
evitar que el barco orce es que las
cosas no van bien.
Aparejo
Reducir trapo
1
2
La intensidad del viento arrecia y el barco empieza
a escorar demasiado o a hacerse ingobernable. Ha
llegado el momento de reducir trapo, o lo que es
mejor, deberíamos haberlo previsto con suficiente
antelación.
1 y 2.
En las fotos
se aprecia la
diferencia entre
navegar en ceñida
con viento fuerte
con todo el foque
o con algunas
vueltas de
enrollado: menos
escora, más
confort, menos
rociones…y la
misma velocidad.
Hay que evitar
navegar con la
regala en el agua.