océanos
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Yann Eliès
logró
imponerse
pese a
romper el
estay en la
tercera etapa.
L
a Solitaire du Figaro es una de las grandes citas del
calendario de regatas de altura en solitario. Cierto
que la Vendée Globe arrastra a mucha más gente,
pero La Solitaire tiene un encanto muy peculiar que la
hace especialmente querida por los grandes nombres de
la vela oceánica francesa. Este año no ha sido una excep-
ción y en la línea de salida se han dado cita Michel Desjo-
yeaux, Armel Le Cléac’h o Jérémie Béyou, entre otras
grandes figuras, para disputar las 1.800 millas repartidas
en cuatro etapas. Aunque una vez más los españoles han
brillado por su ausencia –La Solitaire es sobre todo una
regata francesa en la que últimamente se apuntan jóvenes
británicos que quieren dedicarse a la vela oceánica en so-
litario—, la regata ha recalado en Gijón, donde finalizó la
segunda etapa y se dio la salida de la tercera.
El vencedor, Yann Eliès, no es un desconocido, ni
mucho menos. No solo se impuso el año pasado en La
Solitaire –en la que ya había acabado segundo en otras
dos ocasiones-, sino que se hizo especialmente famoso a
raíz de su grave accidente en la Vendée Globe 2008-09,
cuando formaba parte del pelotón de cabeza y se rompió
el fémur maniobrando en la proa y tuvo que ser rescatado
por la Marina australiana.
La victoria de Eliès es especialmente meritoria porque
la rotura del estay en la tercera etapa le hizo perder el
liderato, tras llegar a casi dos horas del vencedor. De no
haber sido por esta avería, su triunfo hubiera sido por una
verdadera paliza, en una prueba donde las diferencias son
de escasos minutos, cuando no de unos pocos segundos.
Es una consecuencia lógica del hecho de que la regata se
corre en monotipo: todos los barcos son iguales (el Figaro
Bénéteau 2, de 10,10 metros de eslora y 3.050 kilos de
desplazamiento).
Dos nombres con futuro
La segunda y la tercera plazas consolidan a dos buenos
navegantes solitarios que buscan hacerse un hueco en el
universo de la vela profesional: el mediterráneo Xavier
Macaire y Morgan Lagravière, de la Vendée, y que con el
apoyo de su región confía en estar en la línea de salida de
la próxima vuelta al mundo en solitario.
Todos ellos han dejado atrás a tres de los grandes nom-
bres de la vela oceánica en solitario, como son Jéremie
Béyou (quinto), Michel Desjoyeaux (séptimo) y Armel
Le Cléac’h (octavo).
Si las encalmadas han dictaminado los resultados en las
llegadas de Oporto y Gijón, aunque entre medio hubo ra-
chas de más de 20 nudos, la tercera y la cuarta etapas han
tenido condiciones meteorológicas muy cambiantes y los
patrones han tenido que lidiar —como ya es tradición en
La Solitaire— con fuertes corrientes de marea entre los
arrecifes de las costas atlánticas francesas. La guinda del
pastel fueron los más de 30 nudos con viento portante
que soplaron en las últimas 160 millas de la cuarta etapa,
en la que fueron varios los barcos que superaron los 20
nudos en algunas planeadas.
K. C.
La Solitaire du Figaro
Yann Eliès repite triunfo
La tercera
posición
de Morgan
Lagravière
le confirma
como una
promesa para
la próxima
Vendée
Globe.
©
Alexis Courcou
©
Brian Carlin-AOA