[ESPECIAL EQUIPO]
Frío a bordo
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¡Que venga el calor!
Actualmente la refrigeración se ha convertido en una necesidad
básica. La canícula nos exige recurrir tanto a las bebidas y alimentos
frescos, como a preservar el interior del barco a una temperatura
confortable. Estas son las tecnologías del frío aplicadas a los barcos.
L
a época en que uno se
contentaba con una nevera
de hielo para guardar los
alimentos en fresco queda ya muy
lejos para la mayoría de navegantes
de recreo. Tenía sus ventajas, como
no tener averías y ser independiente
de la energía eléctrica de a bordo,
pero también sus limitaciones,
como la necesidad de proveerse
de hielo y su escasa duración. La
refrigeración aporta mucho pero
tiene también sus limitaciones,
aunque solo sea a nivel del
consumo eléctrico.
Básicamente, podemos
encontrar tres grupos de
soluciones: el gas, el efecto Peltier
y la compresión.
EL GAS
Tuvo su época de gloria, y algunos
Albert Brel
Frío a bordo
navegantes solo pondrían la mano
en el fuego por él. El principio
es simple. Un líquido frigorífico
(mezcla de agua y amoníaco) se
lleva a ebullición. El calor hace
que se desprenda un gas. El agua,
más pesada, vuelve a caer y el gas,
después de pasar por un difusor,
Las neveras
de cierta
capacidad
exigen
compresores
similares a los
de los aparatos
domésticos.