[PRUEBA MOTOR]
Gozzo Positano 27
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convencidos que falta un quita-
miedos lateral junto al asiento, ya
que se tiene la sensación de estar
algo desprotegidos ante el volante,
sobre todo cuando se navega con
algo de mala mar.
La consola presenta un panel
bien distribuido, con la relojería
del Volvo Penta y la palanca bien
ubicada. El parabrisas cumple su
misión y no falta un compás. Se ha
colocado una barra de inoxidable a
modo de reposapiés, y los interrup-
tores del barco están ordenados en
la parte baja del volante, de estilo
marinero, de madera e inoxidable.
Un puesto sin pretensiones, al
que solamente le añadiríamos un
quitamiedos lateral para ofrecer
mejores sensaciones de seguridad
al piloto, pero que cumple con las
necesidades de este barco.
INTERIORES
La cabina es sorprendente en este
barco, tanto por su volumen como
por las posibilidades de habitabi-
lidad que llega a ofrecer. Pero, eso
sí, la entrada a la cabina obliga a
levantar una gran tapa de cubierta
que facilita el acceso a un camarote
con dos literas dispuestas a lo largo
en cada banda, con cofres debajo y
un módulo que esconde un inodoro.
La zona del triángulo de proa pro-
porciona un tercer espacio que pue-
de desempeñar el papel de tercera
litera. Tenemos, pues, cuatro plazas
cómodas para pernoctar.
Es una estancia bastante volumi-
nosa, que permite cubrir las nece-
sidades de una siesta o de ser usa-
do como un formidable espacio de
estiba o, si se desea, para pernoctar
con bastante comodidad.
10, 11 y 12.
La
parte inferior de
todos los bancos
de la bañera se ha
aprovechado con
cofres de estiba.
6 y 7.
El sistema de
gobierno original
de este barco era
caña de timón a
popa. Metropol
ha adaptado un
puesto con una
consola en la
banda de estribor,
lo que resulta más
cómodo y ofrece
mayor visibilidad,
aunque debe
protegerse un
poco más.
10 y 11.
La bañera
ocupa más de un
tercio de la eslora,
es espaciosa y
puede adoptar una
mesa accesoria
para formar una
dinete.
La navegación de la Positano 27 es tranquila,
ideal para los amantes del paseo costero.
NAVEGACIÓN Y
CONCLUSIONES
La Positano 27 navega bien. Se be-
neficia, sobre todo, de la elevada
roda, que rompe muy bien la mar
de proa y resulta seca en la bañe-
ra. Con un Volvo Penta D3-170 es
capaz de mantener un régimen de
crucero de unos 15 nudos con toda
comodidad, sin vibraciones ni rui-
dos. Cuando se mete la palanca al
máximo, el barco supera los 20 nu-
dos de punta con mar agitada, por
lo que suponemos, que bajo condi-
ciones más favorables podrá alcanza
los 21 o 22 nudos. En todo caso, y
dejando claro que se comporta bien
navegando, hay que recalcar un par
de detalles: con la transmisión por
eje, en determinadas circunstancias
(con mar de prora o de popa, o por
el costado) el barco necesita variar
su asentamiento o ser trimado, por
lo que, sin lugar a dudas, requiere
un sistema de flaps. Y, en segundo
lugar, con solo un motor con eje,
para maniobrar en puerto también
requerirá la ayuda de una hélice de
proa. Dos equipos casi indispensa-
bles para completar la buena nave-
gabilidad de esta carena y la facili-
dad de maniobra.
En mar abierto el barco evolucio-
na bien y es seco, además de ofrecer
buena capacidad de giro. Pero en
este tipo de barcos la carena —como
todas— está sometida a las leyes de
la hidrodinámica, por lo que a más
de 18 nudos cuesta un poco mante-
ner la estabilidad direccional. Dado
que por sus formas de obra viva no
necesita correr tanto, el barco na-
vega excelentemente entre los 14 y
los 16 nudos. Esto también signifi-
ca que el Volvo Penta turbodiésel de
7
6
9
12
11
10
8