Revista Náutica&Yates 36 - page 180

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Lo que buscan muchos aficionados no es la velocidad
por la velocidad, sino el simple placer de navegar con el
viento y en contacto con el agua.
Vincent Lauriot, uno de los diseñadores del Macif de
Gabart, por ejemplo, considera que una cosa son los bar-
cos de regata, incluso oceánica, y otra muy distinta los
barcos de crucero de la gente de a pie. Lo que no es óbice
para que también en este campo prevea novedades.
La última Copa América ha marcado un antes y un
después. Ya nadie duda de que en una navegación sin
olas el volar —o apoyarse exclusivamente en un par de
apéndices como son los alerones (o foils) y la punta de un
timón— será algo bastante común. Y no solo en barcos
punteros: los moths, al alcance de casi todo el mundo,
ya son una realidad; y no son los únicos barcos de vela
ligera que ofrecen esas prestaciones voladoras.
¿VOLAR ANTES O VOLAR MÁS RÁPIDO?
El hecho de que los últimos Copa América usaran
juegos distintos de foils según las previsiones
meteorológicas de cada jornada pone de manifiesto
que la forma de esos alerones y su reglaje depende de
la velocidad a la que se quiere empezar a volar. Cada
vez se empieza a volar antes, con menos viento y a
menor velocidad. En palabras de Juan K., “si despegas
antes, bajas la velocidad máxima; hay que aumentar,
L
os barcos volarán? ¿Usaremos materiales que se
deformarán para incrementar la velocidad? ¿Los
pilotos automáticos dejarán en ridículo a los me-
jores timoneles? ¿Hasta dónde nos llevará la incorpora-
ción de la inteligencia artificial a bordo? ¿Los mercantes
volverán a llevar velas? No son preguntas de ciencia
ficción, sino temas que se tratan con gran seriedad en
los foros de los mejores ingenieros navales y navegantes
de todo el mundo y que en algunos casos ya se están
experimentando.
Hace unas semanas hemos podido asistir a uno de esos
encuentros. La excusa era un festival de cine náutico (el
Sail In Festival de Bilbao, una cita cada vez más inte-
resante, que ahora se complementa con el Sail Inn Pro,
destinado a profesionales). Y allí gente como Juan K.,
Vincent Lauriot Prévost, François Gabart, Manolo Ruiz
de Elvira, Lalou Roucayrol, Roger Frigola, por citar
solo algunos, debatieron sobre un futuro que cada vez
es menos irreal.
Que los barcos vuelan, o al menos que apenas están en
contacto con el agua, ya sucede. François Gabart, recién
llegado de su récord de la vuelta al mundo en solitario
en tan solo 42 días, lo tiene muy claro: “En el futuro
todos los barcos volarán, también los barcos de crucero”.
Los diseñadores parece que no lo tienen tan claro y
además recuerdan que no todo el mundo quiere volar.
Kiku Cusí
La
experiencia
de François
Gabart a
bordo del
Macif
en su
récord de
vuelta al
mundo en
42 día hace
entreveer
que también
los barcos
de crucero
volarán en
un futuro no
lejano.
©
Jean-Marie LIOT / ALEA / MACIF
imagina su futuro
La
vela
Sail In Festival
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