Revista Náutica&Yates 36 - page 182

182
Con tanta información, lo difícil es distin-
guir los datos relevantes para la mejora que
se busca.
Antes de llegar a esos futuribles —que
tampoco están tan lejos-—, los diseñadores
de barcos de regata oceánicos apuestan por
confiar en la responsabilidad de las tripu-
laciones para levantar el pie del acelerador
cuando se aproximen condiciones extremas
para el barco en cuestión. Dicho de otro
modo: consideran que hay que primar el
vuelo a velocidades relativamente bajas, a
costa de perder velocidad punta, con el ob-
jetivo de lograr medias muy superiores a las
que se consiguen actualmente.
Si aplicamos este principio a regatas de
vuelta al mundo, por ejemplo, ello impli-
caría evitar las grandes borrascas australes,
navegando con vientos portantes más lejos
del centro de esas depresiones, en latitudes
más benignas.
El otro gran reto del diseño de esos barcos
oceánicos (tanto de multicascos como de
monocascos, como pueden ser los imocas)
es conseguir un vuelo estable y seguro en
un medio donde las olas alcanzan medidas
significativas. En este campo parece que los
avances se producirán sobre todo gracias a
la inteligencia artificial aplicada a los pilo-
tos automáticos, terreno en el que se han
producido avances muy notables en las úl-
timas dos décadas, hasta el punto de que la
mayoría de navegantes reconocen sin amba-
ges que, salvo situaciones excepcionales, el
piloto automático lleva la caña mejor que
ellos mismos.
¿MERCANTES A VELA?
Estos avances no solo afectan a las regatas de
élite. Quizá no está lejano el día en que vea-
mos a barcos mercantes aparejar velas. No,
no se trata de volver a los grandes veleros del
siglo XIX, pero sí de aprovechar el viento
para reducir considerablemente el consumo
energético. Las pruebas apuntan a sistemas
de izado, arriado y reglaje completamente
automatizados y controlados por ordenador.
No son locuras de soñadores: algunos gabi-
netes ya están probando prototipos a peque-
ña escala.
Hablando de velas. Después de las velas
de carbono, el siguiente paso podrían ser las
velas de grafeno: además de ser un material
aún más duro y ligero que el carbono, es un
magnífico conductor de electricidad, carac-
terística que abre infinidad de posibilidades.
El futuro ya ha llegado y no ha hecho más
que empezar.
D
esde hace cinco años Bilbao
tiene un magnífico festival
de cine náutico, el Sail In Festival.
Durante cuatro días, se proyectan
películas sobre vela y sus
protagonistas suben al escenario
para compartir sus experiencias con
el público.
Este año —a decir de todos, la
mejor edición hasta la fecha— al Sail
In Festival le ha nacido un hermano:
el Sail Inn Pro.
Reservado a profesionales del
sector, pretende ser un punto de
encuentro orientado al desarrollo
económico a través de la innovación
y del uso de las tecnologías en el
mundo de la vela. Con asistencia de
diversos ganadores de Copa América,
industriales y comerciales del sector
hablaron de nuevos materiales
compuestos, de inteligencia artificial,
del uso de big data, de la fabricación
y de los polos de desarrollo
tecnológico.
La iniciativa merece cuajar,
pues casi todos los participantes
mostraron su interés en que este
Sail Inn Pro tenga continuidad. Y
ya hablaron de posibles temas de
debate para una próxima edición.
La familia
vasca del Sail
In crece
[OCÉANOS]
Sail In Festival
Manolo Ruiz de Elvira, Roger Farigola,
y José Luis Vela, entre los ponentes
del Sail Inn Pro de Bilbao
La aplicación de la inteligencia artificial a los
pilotos automáticos es el próximo reto.
©
Vincent Curutchet / Initiatives Coeur
1...,172,173,174,175,176,177,178,179,180,181 183,184,185,186,187,188,189,190,191,192,...196
Powered by FlippingBook