[océanos]
Volvo Ocean Race
114
IMOCA
Poca transparencia
La IMOCA
descarta pasarse
al monotipo
L
a confusa comunicación emanada
de la última asamblea de la IMOCA
es un ejemplo de cómo no deben
hacerse las cosas en una clase que
quiere ganarse el favor del gran públi-
co. Semanas después de la reunión,
algunos miembros de la clase eran in-
capaces de explicar en qué consistían
los cambios y cuándo y cómo entrarían
en vigor.
Cierto que esta asamblea era una
verdadera encrucijada y que la clase
llegaba a ella muy dividida. Pero esto
no es excusa para no explicar clara-
mente en qué consistían sus decisio-
nes, y sobre todo qué es lo que no se
había decidido aún y se había dejado
en unas pocas manos.
No se sabe aún cómo serán los
nuevos mástiles: solo se sabe que se
mantendrá la altura del palo, pero no
si serán fijos y con crucetas, o mástiles
ala con
outriggers
; algunas informa-
ciones hablan de aprobar dos posibles
mástiles, para que cada patrón elija
cuál prefiere. Tampoco se sabe cómo
será la quilla, más allá de decirse que
el ala deberá ser de acero y que se
penalizará con un peso suplementario
(tampoco se dice cuánto) a quienes
quieran mantener la quilla que ya
tienen. Y todos esos cambios entran
en vigor para los barcos construidos
en 2013. ¿Puede alguien explicar cómo
diseñar, y construir, un barco sin cono-
cer la norma que debe cumplir? O falta
transparencia o falta seriedad; espere-
mos que sea lo primero, por malo que
sea. Lo otro sería aún peor.
K.C.
Poco se sabe
de cómo
serán las
quillas y los
apéndices.
¿Desaparece-
rán los más-
tiles ala con
outriggers
en
los nuevos
IMOCA?
©
Jean Marie Liot/DPPI
©
Jean Marie Liot/DPPI
L
a asamblea de la IMOCA (International Monohull
Open Class Association) ha zanjado el debate que
ha dividido la clase durante los últimos dos años:
la Barcelona World Race y la Vendée Globe no se correrán
en monotipos, sino que esta clase seguirá siendo open, con
algunas limitaciones más, eso sí, que llevarán a que los
nuevos barcos sean cada vez más similares entre sí.
Pese al rechazo a convertir la clase en un monotipo —
algo que preconizaban algunos influyentes miembros de
la IMOCA—, los nuevos barcos deberán usar un palo y
una quilla estandarizados. De esta forma se quiere poner
freno definitivo a los dos talones de Aquiles de estos bar-
cos, en un intento de bajar el índice de roturas y retiradas
de las regatas que tanto preocupa a patrocinadores y orga-
nizadores. Los detalles de cómo serán ese palo y esa quilla
—se pretende que puedan ser intercambiables entre los
distintos barcos— no se conocerán, sin embargo, hasta
dentro de unos meses.
Simultáneamente, en un intento de rebajar costes, se
suprimen los lastres de agua —solo se podrán usar uno
pequeño en proa y otro en popa—, se limita la manga
máxima a 5,90 metros y se incrementa el ángulo de retor-
no de un vuelco a 114º (hasta ahora era de 110º).
Con estos cambios se consideran cumplidos los obje-
tivos de disminuir los costes, fiabilizar más los barcos,
simplificarlos, mejorar la accesibilidad y asegurar la tran-
sición, establecidos en la anterior asamblea de la clase,
celebrada hace dos años en Barcelona.
En la misma asamblea de la IMOCA hizo acto de pre-
sencia sir Keith Mills, contratado para dinamizar la clase
y mejorar su rendimiento comercial. El magnate británi-
co está convencido del porvenir de la clase y quiere ba-
sar su crecimiento en la expansión por Asia y América,
multiplicando las regatas e incrementando la interna-
cionalización de la participación. Keith Mills, y su em-
presa Open Sport Management creada al efecto, quieren
convertirse de alguna forma en el Bernie Ecclestone de
las regatas oceánicas en solitario y a dos, un deporte que
está convencido tiene un futuro esplendoroso. “Hay que
descubrir los temas y llevarlos a la luz”, indicó posterior-
mente. Tiene cuatro años por delante para cumplir sus
objetivos.