[Prueba vela]
Oceanis 38
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amigos, y donde los cocktails de la
puesta de sol ya sea aprovechando los
últimos soplos de brisa o en el fon-
deo serán un placer. Pero no tiene ni
un fogón donde calentarse una sopa
si alguien decide quedarse a cenar.
Vida a bordo
Visto eso, prefiero hablar de la vida
a bordo en la versión más completa,
que vi en la cita del European Ya-
cht of the Year. Aclaro que su precio,
con los extras, era aproximadamente
el doble que la versión básica. No te-
nía el barco en cuestión el mamparo
de quita y pon que cierra el camaro-
te de proa, y producía una amplitud
y desahogo extraordinarios que ha-
Arco con muchas ventajas
Sostiene focos para la bañera,
sirve de soporte para capota
y bimini, tiene pasamanos que
ayudan a saltar fuera de la bañe-
ra. Nótese también el tambucho
amplio y largo, con puertas.
Proa aprovechada
La tapa del pozo deja pasar
el cabrestante. La cadena se
concentra en babor, mientras a
estribor hay espacio para defen-
sas. La cadena libra fácilmente
el estay. La delfinera es un aña-
dido agradecido.
Cama doble espectacular
Se puede convertir en camarote
si se instala el mamparo
desmontable. Tiene buen acceso,
cabezal con espejo, luces de
lectura y luz natural. Un lujo para
el propietario.
Elija sus camarotes
Aparte del gran espacio de proa,
en popa se puede elegir entre
un camarote doble atravesado,
uno como el que se ve en la foto
o dos iguales a éste, simétricos.
Cada usuario tendrá sus
preferencias.
Un baño y una ducha aparte
El baño es completo pero tiene
dimensiones algo justas. Una de
las versiones propone comple-
mentarlo con una sala de ducha
separada en la banda opuesta.
Todo el mundo sale ganando.
Armarios o maletas
Se ofrecen en opción, pero están
muy pensados. Unos ganchos los
sujetan desde el techo mediante
las propias asas. Contendrán
todo el guardarropa, y se pueden
doblar para ocupar menos
espacio.
Diseño para una mesa
Nótense los pasamanos, las
cavidades para vasos, el espacio
central dedicado a bebidas frías.
Replegadas, las alas de teca
dejan un excelente paso, pero
una vez abiertas son enormes.
Puesto de mando
Dos posiciones para gobernar
sentado, más espacio para
hacerlo de pie. Acceso al
winche, y por supuesto a
los mandos de motor. Hay
espacio para una pantalla de
navegación.
FOCO EN
brán visto ustedes en fotos y como se
muestra en las que ilustran este ar-
tículo. Tumbarse en esa cama ancha
mientras el barco navegaba –plano-
era un placer de dioses.
Pero hay que ser realistas. Vivir a
bordo significa apilar ropa sucia, co-
leccionar bolsas con objetos, dejar
libros, cepillos, toallas o almohado-
nes en desorden. ¿Quién querrá te-
ner eso a la vista cuando lleguen los
invitados? Un mamparo parece una
solución imprescindible, aunque
rompa la fantástica perspectiva.
Reducida la fantasía del loft a la
cruda realidad marinera, el interior
sigue funcionando muy bien: la co-
cina es completa, la dinete con dos
asientos móviles pero casi fijos es
versátil, el rincón navegación sirve
para muchas cosas. Me gustó la dis-
posición vista allí del baño dividido,
que permite a dos personas usarlo al
mismo tiempo.
Lo mejor, sin embargo, es el esti-
lo moderno y luminoso, limpio pero
acogedor que han conseguido traba-
jando al alimón Bénéteau y Nauta.
La generosa luz natural, más los lim-
pios acabados, ayudan. Es un inte-
rior actual en el mejor sentido de la
expresión.
Mención aparte merecen las opcio-
nales “taquillas” en forma de equipa-
je. Son bonitas, elegantes, algo tra-
viesas, pero no realmente prácticas.
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