[OCÉANOS]
Volvo Ocean Race
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cas y para estudiar las mejores rutas en función de las
previsiones meteorológicas y los programas de previsión
de velocidad, algunos patrones suprimen algunas de las
capas de información. Y esto es lo que probablemente
le sucedió a Verbraak: en el momento del desastre (y se-
guramente desde hacía varios días) su pantalla no tenía
información completa sobre los atolones que podía en-
contrar en su ruta, o trabajaba en una escala demasiado
grande para poder verlos.
RECUPERACIÓN Y RECONSTRUCCIÓN
De hecho, y tras un cambio de las zonas restringidas
por parte de la organización poco antes de la salida de
la segunda etapa, apenas se había fijado en la existencia
de pequeñas islas a lo largo de su camino. A bordo del
Team Vestas Wind
estaban seguros de que, aunque la
profundidad del océano disminuiría considerablemente
durante aquella fatídica noche, en ningún momento na-
vegarían con menos de 40 metros de agua. Hasta que,
inesperadamente, el barco frenó en seco –en el momento
de la colisión, navegaba a más de 19 nudos—, sus dos
timones fueron arrancados de cuajo y la quilla descansó
sobre un arrecife cubierto por apenas medio metro de
N
adie podía dar crédito a lo que sucedió en la
noche del 29 de noviembre. ¿Cómo puede un
barco dotado con los más modernos sistemas
de navegación acabar sus días literalmente montado
sobre un arrecife de coral? ¿Acaso este no estaba per-
fectamente cartografiado? ¿Dejaron de funcionar todos
los GPS de a bordo, que teóricamente actualizan per-
manentemente la posición del barco? ¿Acaso ésta no se
muestra ininterrumpidamente en la carta de navega-
ción del ordenador central?
El navegante del barco danés, el holandés Wouter
Verbraak, asumió personalmente toda la responsabili-
dad del error, que al principio había asumido el austra-
liano Nicholson, como patrón y máximo responsable de
todo lo que sucede a bordo. Pues de eso se trató: de un
tremendo error humano. Más que de un error, podría
hablarse de una serie de errores concatenados, como sue-
le suceder en las grandes tragedias.
Lo primero que hay que entender es que las cartas di-
gitales contienen mucha información; tanta, que a veces
es imposible apreciarla toda a la vez en la pantalla del
ordenador o del ploter, sobre todo si trabajamos con una
escala grande. Es por ello que, en navegaciones oceáni-
El
Team
Vestas Wind
embarran-
cado en un
arrecife a 200
millas de la
isla Mauricio.
Volvo O ean Race
La Volvo embarranca en
Más que por la igualdad que sigue caracterizando la flota y el error que le costó al
Mapfre
su primer podio en esta Volvo Ocean
Race, la segunda etapa de esta vuelta al mundo será recordada por el embarrancamiento del
Team Vestas Wind,
que acabó en seco
sobre un arrecife de Cargados Cajados, a 200 millas de la isla Mauricio, en medio del océano Índico.
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