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[CRUCERO PRÁCTICO]
Principios básicos de la vela
Texto e ilustraciones de Isidro Martí.
U
na vez tenemos izados la
mayor y el génova o el fo-
que, iniciamos la navega-
ción con el viento de proa, navegando
contra el viento, lo que sería propia-
mente navegar de bolina. Después de
la izada de la vela de proa hemos de
decidir si navegar amurados a estribor
o babor. Para navegar de ceñida es im-
portante que las velas estén planas, en
forma de cuchillo para poder ganar bar-
lovento. Esto se consigue cazando las
escotas, dando por supuesto que las dri-
zas ya tienen la tensión correcta. Con las
escotas templadas al máximo las velas
no flamean y podemos navegar contra
el viento. Un velero de crucero clásico
conseguirá hacerlo a unos cuarenta y
cinco grados contra el viento aparente.
Un velero de regatas puede hacerlo has-
ta unos treinta grados.
Bien, navegando de ceñida hemos
cazado las escotas para que la vela no
flamee. En el caso del génova es impor-
tante que el carro de escota del mismo
esté colocado correctamente, en lo que
Conociendo los principios básicos del léxico de
navegación a vela, vamos a profundizar en la
maniobra con los aparejos y el viento.
haría que la escota salga del mismo en
una bisectriz de la baluma y el pujamen
del génova o foque.
Este ángulo de ataque de bisectriz es
para que la baluma y el pujamen estén
trimados correctamente. Si el carro está
demasiado a popa estará demasiado ten-
so el pujamen mientras que la baluma
se embolsará demasiado. Si el carro está
demasiado a proa será la baluma la que
esté demasiado cazada mientras que el
pujamen estará muy embolsado. Es in-
teresante hacer pruebas un día de buen
tiempo para ver el efecto que produce.
En el caso de la mayor la escota lo que
cazará será la botavara, aplanando así la
vela. Existe un carro transversal de es-
cota de mayor que podremos correr más
hacia barlovento o sotavento según na-
veguemos abiertos o cerrados al viento.
Léxico marinero (II)
La maniobra
Viento real y viento aparente
El viento real es el que registramos cuando
estamos parados, mientras que el viento apa-
rente es el que registramos cuando estamos
en marcha, navegando. El viento aparente es
el que leerá nuestro anemómetro y nuestra
veleta cuando naveguemos a vela, porque
estará registrando el viento real más el viento
que generamos con nuestra velocidad. Para
entender el concepto, el viento aparente
siempre está un poco más a proa que el real,
y los equipos electrónicos registrarán el
viento real descomponiéndolo del aparente
gracias a la lectura que hacen de nuestra
corredera y de nuestro rumbo registrado
por la electrónica. Concretamente, nuestra
electrónica será capaz de darnos el viento
real durante la navegación siempre y cuando
tengamos la electrónica muy bien calibrada y
la corredera también lo esté. Ante la duda, lo
más fiable es trabajar con el viento aparente.
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