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Trucos
[CRUCERO PRÁCTICO]
Seguridad
Vida a bordo
E
n el caso de guardias noctur-
nas en solitario, navegación con
tiempo duro o en maniobras arriesga-
das, es necesario asegurar que nadie
pueda caer al agua. Para ello es bueno
acostumbrarse al uso del arnés con su
cabo y mosquetón.
Para poder circular por cubierta
asegurado se montan las llamadas lí-
L
as mangueras son indispensa-
bles en una embarcación. Sirven
para poder llenar los depósitos de
agua y también para poder limpiar y
lavar. Para ir bien, son precisos 15 o
20 metros de manguera, dependien-
do del tamaño de la embarcación.
Será necesario contar con distintas
tomas, pues cada puerto, tiene un
tipo de toma distinto. También será
conveniente tener por lo menos una
boquilla en el extremo, para dosifi-
car la cantidad de agua y soltar el
agua más a chorro o en difusor.
En el mercado se pueden encontrar
mangueras blandas enrollables, muy
fáciles de estibar. Son de goma blan-
da, por esta razón se pueden enrollar.
Pero tienen un pequeño inconvenien-
te, pues si se dejan desplegadas al sol
sin agua en su interior llegan a pegar-
se las paredes de la manguera sobre sí
mismas, impidiendo la circulación de
agua. Así que es aconsejable siempre
tenerlas estibadas y solo desplegarlas
cuando se tienen que utilizar. Y si se
quiere tenerlas desplegadas por cu-
bierta o en el pantalán, será necesario
asegurase de que están llenas de agua
para que no se peguen las paredes.
Líneas de vida de cubierta
neas de vida. Recorren la cubierta de
proa a popa por ambas bandas, por
dentro de los obenques, bajo las esco-
tas y el resto de cabos. Valga conocer
el dato de que la tracción que se ex-
perimenta con la caída de un hombre
al agua desde una embarcación que
navega a cinco nudos es del orden de
750 kg, por lo que las líneas de vida
de cubierta deben arraigarse en herra-
jes que soporten grandes tensiones.
Comúnmente se ha venido utili-
zando cable de acero forrado de plás-
tico para el montaje de líneas de vida
pero cada vez más se van imponiendo
las cintas planas, mucho más ligeras y
sencillas de estibar. Una buena solu-
ción consiste en montar dos pequeños
estrobos de unos 20 cm en los extre-
mos de la línea de vida para arraigar-
las a las cornamusas de proa y popa.
Albert Puerto
L
a electrici-
dad y la elec-
trónica no serían
nada sin un simple
y sencillo soldador de
estaño. No hay mejor
conexión eléctrica
que la que se rea-
liza con estaño. Lo
más habitual es uti-
lizar soldadores eléctricos que se
conectan a la red eléctrica. Pero en
un barco, más aún en plena nave-
gación, o en la mismísima punta
del palo, no se dispone de una
línea eléctrica donde conec-
tar el soldador.
Hace unos años pareció
solucionarse el problema
con los soldadores a gas.
Un magnífico artilugio
con su correspondiente
depósito de gas licua-
do. El gas producía
una pequeña llama
que calentaba direc-
tamente la punta de soldar. Unas
simples regulaciones en el caudal
del gas y en la mezcla con el aire
permitían soldar en cualquier si-
tuación.
Pero hoy en día la situación ha
dado un paso más apareciendo el
soldador eléctrico a pilas. Con tres
simples pilas pequeñas de 1,5 vol-
tios se comercializa un sencillo y
práctico soldador completamente
libre de cables y sin el riesgo de
trabajar con la
presencia de
una llama,
muy peligro-
sa cuando las ba-
terías están cargan-
do por la presencia
de hidrógeno en
el aire.
Herramientas
Manguera de fácil estiba
Soldador de
estaño a pilas
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