[Seguridad]
Radiobalizas
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Uso correcto
Para asegurar su correcto funciona-
miento deberemos comprobar el esta-
do de las baterías antes de iniciar una
travesía. Su vida útil no ha de superar
los cuatro años; sin embargo, se pue-
de solicitar a Capitanía el alargar este
plazo, para lo que quizás tengamos
que pasar una inspección.
El equipo estará ubicado en un
buen lugar. Su posición será vertical
o, si no fuera posible, horizontal sobre
una superficie plana. Accesible, pero
donde no se pueda activar accidental-
mente, lejos de puertas, paso de per-
sonas o zonas de maniobra con cabos u
otros pertrechos. No hay que olvidar
que las interferencias de campos mag-
néticos pueden también activarlas, así
que deberán estar a, como mínimo, un
metro de distancia de equipos como
compases de navegación, antenas, ra-
dares, transmisores de alta potencia o
altavoces. En el caso de las balizas de
flotación libre la tapa ha de poder sal-
tar sin impedimentos. Se desaconseja,
por ello, instalarla en el interior del
barco, lo que impediría, además, una
buena transmisión de la señal.
Una buena ubicación es el balcón de
popa, cerca de la posición de control
de la navegación, pero sin exponerla al
oleaje. En el caso de las pequeñas em-
barcaciones, es recomendable colocar-
las en una posición elevada, por ejem-
plo sobre la estructura de la cabina.
El dispositivo de liberación se de-
berá sustituir cada dos años, aunque
se puede solicitar también aquí el
alargamiento del plazo a las autorida-
des competentes. Si el barco no corre
peligro de hundimiento, pero estamos
en situación de alerta, activaremos la
radiobaliza de forma manual. Para
ello la colocaremos sobre cubierta, de
pie y en la zona más despejada, a cielo
abierto. En caso de vernos obligados a
abandonar el barco y subir a la balsa
salvavidas, intentaremos recuperar-
la de manera que siga dando nuestra
posición y no la del barco abandona-
do. No conviene izarla a la balsa, sino
amarrarla a ella, ya que están conce-
bidas para flotar y es así como mejor
retransmiten la señal.
Se ha de tener cuidado, insistimos,
con las falsas alarmas. Resultan caras
ya que movilizan equipos humanos
y materiales que, además, pueden ser
necesarios en otras alertas, éstas sí,
ciertas. Por ello, los fabricantes han
intentado dotar a las radiobalizas de
mecanismos que impidan su activa-
ción accidental: si se desprende de su
soporte, entra en modo “preparada”,
pero no en funcionamiento. Para ello
habrá que activarla o tirarla al agua.
Parar una falsa alarma
Una vez flotando, la radiobaliza no
transmite la señal inmediatamente,
sino que tarda entre 30 y 50 segundos
en hacerlo. Si somos suficientemente
rápidos, la podemos llegar a parar.
Pero no es tarea fácil: habrá que se-
carla totalmente, sobre todo los con-
tactos del interruptor del agua, que
manda sobre el manual. Si aún de este
modo no conseguimos desactivarla,
tendremos que recurrir a un método
radical, la castración de la antena.
Para ello la cortaremos o doblaremos
hacia abajo, y depositaremos la radio-
baliza bajo cubierta, envuelta en pa-
pel de aluminio o en un contenedor
metálico. En caso de que el aviso ya
se haya emitido —lo veremos gracias
al led encendido—, procederemos a
informar inmediatamente a las au-
toridades para interrumpir la alerta,
Salvamento Marítimo en aguas espa-
ñolas, llamando 900 202 202 o por
radio VHF. Nos pedirán número de
identificación de la baliza, fecha, hora
y localización en el momento de acti-
vación de la alarma, así como causa de
la misma. Hemos de ser especialmen-
te cuidadosos con este tema, ya que la
legislación varía de un país a otro, y
en algunos nos pueden llegar a multar
por el error.
La radiobaliza puede reutilizarse.
Para ello, y si ha permanecido activa-
da durante más de seis horas, tendre-
mos que enviarla a un servicio técnico
para que cambie las baterías. En caso
de que se haya activado por error y la
hayamos podido apagar, se puede vol-
ver a montar, secándola bien y com-
probando que está en posición off. En
el caso de las radiobalizas de flotación
libre, es importante que queden bien
colocadas en la cápsula, ya que, de lo
En una balsa
salvavidas,
intentaremos
recuperar la
baliza para que dé
nuestra posición
y no la del barco
abandonado.
Conviene
amarrarla en
lugar de izarla a
la balsa, ya que
están concebidas
para flotar y es
así como mejor
retransmiten la
señal.
Cada tripulante
puede llevar
una radiobaliza
personal en caso
de naufragio como
de hombre al
agua.
©
Salvamento Marítimo
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