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[Seguridad]
Fuego a bordo
ferentes razones, esto puede suceder.
Existen en el mercado dos tipos de
avisadores acústicos, uno de humo y
otro de temperatura. Los más senci-
llos son muy económicos y eficaces,
de uso tanto marino como domés-
tico. La mayoría se alimentan con
pilas de nueve voltios, ya que de
hacerlo eléctricamente, un fuego en
nuestra instalación evitaría que se
activaran los sistemas de alarma.
Nunca debemos acercarnos más
de un metro a las llamas, y si nos
encontramos en el exterior, habrá
que hacerlo en la dirección del vien-
to. Para destrincar el extintor, se ha
de coger por la maneta o asa dispo-
nibles, y colocarlo verticalmente en
el suelo. A continuación, procedere-
mos a quitar el pasador de seguri-
dad tirando de la anilla. Apretar la
maneta y, si existe, apretar la palan-
ca de accionamiento de la boquilla,
realizando una primera descarga
para comprobar la salida del agente
extintor y su efecto. Si cuenta con
manguera, asiremos la boquilla de
la misma para evitar la salida des-
controlada del contenido. Si se trata
de un extintor de CO2 deberemos
poner especial cuidado en no tocarlo
ya que puede provocar quemaduras
por frío.
Se ha de tener en cuenta que, bien
sea solo o a través de los productos
que genera en contacto con las lla-
mas, el agente extintor puede resul-
tar tóxico. En caso de que exista vál-
vula o disco de seguridad, deberán
estar colocados de manera que no
impliquen peligro de fluido para el
usuario. Si el incendio está causado
por un líquido, se deberá proyectar
superficialmente el agente extin-
tor barriendo horizontalmente para
evitar extender el líquido en llamas
por la propia fuerza del chorro del
extintor. De esta manera, avanzare-
mos poco a poco y en zigzag.
En la práctica, la extinción de
un fuego se complica por los gases
tóxicos emitidos por el mismo, cuya
inhalación causa el 90% de falleci-
Prevención contra rayos
A
pesar de no ser lo más habitual, un rayo puede caer en una embarcación. Por eso es necesario
dotarla de la conveniente protección, que consiste en una serie de sencillas medidas. La llamada
“Caja de Faraday” consiste en crear una envoltura metálica que aísla su interior de la influencia de
campos electromagnéticos que vengan del exterior. Las embarcaciones de casco metálico ya son de
por si una caja de Faraday, que resultan seguras siempre y cuando la tripulación se mantenga dentro
del casco. En el caso de embarcaciones realizadas con madera, fibra de vidrio o plástico, tendremos
que crear un “paso” para el rayo con el fin de que llegue al agua sin causar problemas al barco. El
rayo entrará siempre por la parte más alta y recorrerá el camino más fácil hasta llegar al agua. Por
ello habrá que conectar todos los elementos de la superestructura entre sí con una masa de la obra
viva, con el motor y el depósito de combustible. Conviene además proteger la instalación eléctrica,
equilibrando los potenciales y conectando entre sí y con la masa todas las armaduras metálicas de los
instrumentos.
El pararrayos es una punta de metal conectada con un sendero al suelo, que se coloca en el punto
más alto de la construcción que debe proteger. Se dice que la superficie protegida es la que abarca un
cono de 60 grados. Es una buena solución para veleros. Sin embargo, los barcos a motor, en gene-
ral, no ofrecen un punto lo suficientemente alto como para que el cono creado pueda cubrir toda su
superficie.
Los disipadores estáticos son la alternativa más actual al pararrayos convencional. El disipador
está formado por una serie de puntas dispuestas de manera radial alrededor de un punto, que emiten
iones a baja intensidad, lo que evita la formación de cargas estáticas a bordo, evitando que el rayo
descargue sobre el barco. Mientras que el pararrayos “conduce” el rayo, el disipador evita que éste
descargue, sino totalmente, si en parte, disminuyendo de manera notable sus consecuencias.
5.
La rápida
actuación de
uno de los
capitanes,
que retiró su
embarcación
del pantalán
del puerto de
Barcelona, evitó
que el fuego se
propagara en
cadena por más
barcos.
6.
Aspecto
del casco
de un barco
prácticamente
carbonizado
tras un incendio
en Copenhague.
7.
El especta-
cular desplie-
gue llevado a
cabo durante
el incendio del
Port Vell no
logró evitar el
hundimiento de
cuatro yates.
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