De Antonio D33 Cruiser
[PRUEBA MOTOR]
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que se consigue por una elevación
en la parte central, coincidiendo
con el suelo sobreelevado del puesto
de gobierno.
El espacio principal de los inte-
riores se destina a una cocina com-
pleta que ocupa la banda de babor,
y a un gabinete independiente para
el aseo completo, con inodoro, la-
vabo y ducha. En general no faltan
armarios ni espacios para estiba,
pero tampoco el astillero ha queri-
do apurar los rincones del barco con
interminables huecos inútiles.
Cabina muy bien resuelta, bien
ventilada, con una escotilla ceni-
tal y portillos, acorde a lo que es
de esperar en una embarcación de
programa deportivo y familiar de
cierta exclusividad.
NAVEGACIÓN Y
CONCLUSIONES
La motorización máxima autoriza-
da para la De Antonio D33 Cruiser
es de dos fuerabordas de 350 Hp.
No obstante, con dos de 300 Hp las
prestaciones son más que satisfacto-
rias. El barco se deja notar al timón
con suma sensibilidad, y por ello a
ciertas velocidades hay que asentar
la carena con el trim. También los
flaps, opcionales, pueden desem-
peñar un papel importante cuando
hay mar o viento de costado. Es
un barco fácil de manejar que exi-
ge poco y responde bien, con gran
capacidad de maniobra gracias a
la doble motorización, pero que se
puede reforzar con el añadido, op-
cional, de una hélice de proa.
Con buenas condiciones de mar
y tres personas a bordo, el barco da
mucho de sí. Con el gas a fondo sale
en planeo en cinco segundos, y ace-
lera hasta su velocidad máxima en
11 segundos más. A 5.550 vueltas
alcanzamos los 42 nudos de punta;
y pudimos mantener un cómodo
régimen de crucero en tono a los
28 nudos y 4.200 rpm, lo que no
está nada mal para una eslora que
desplaza más de cinco toneladas.
En navegación esta D33 Cruiser
no tiene réplica: suave, manejable,
con gran capacidad de giro y bue-
na respuesta de los dos Suzuki de
300 Hp, que al ralentí no se oyen
ni se aprecia la menor vibración en
el barco (seguramente, esto a veces
supone un problema, porque pu-
simos gasolina con los motores en
marcha sin darnos cuenta).
Al buen comportamiento hay que
destacar que es un barco seco por su
altura de francobordo en la proa,
pero por otra parte, encontramos el
parabrisas muy bajo y no protege.
El juego de la luz y una decoración cálida, con el predominio de la
madera, convierten a la cabina en un espacio muy agradable.
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14.
Junto a la
entrada, la cocina
ocupa la banda de
babor. La elegancia
y sobriedad de
la decoración
evidencian la calidad
de esta firma.
15.
El juego de la
iluminación indirecta
resalta estos
interiores, propios
de un barco de
mayor eslora.
16.
La cabina
de proa se aísla
mediante una
funcional puerta
corredera.
17.
A media eslora,
la segunda cabina
dispone de dos
camas.