Azimut Atlantis 43
[PRUEBA MOTOR]
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10.
El mueble de
servicio presenta
una enorme
nevera de apertura
superior, además
de la parrilla,
el fregadero y
armarios.
11.
El salón interior
refleja la calidad
y el estilo que la
marca Azimut ha
depositado en esta
43 pies.
12.
El respaldo
del sofá de popa,
echado hacia
proa se convierte
en cabezal del
solárium.
13.
La mesa de teca
de la bañera es
robusta y cuenta
con una doble ala.
14.
La ergonomía
del puesto de
gobierno es total
para el piloto.
15.
La consola,
elegante, deja
espacio para toda
la instrumentación
necesaria.
16.
La cocina
es impecable, y
aunque no parece
muy funcional, lo
es. Tiene de todo.
Basada en un programa de crucero,
esta 43 pies brinda una navegación
realmente deportiva.
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y demás, hay una cubeta en la parte
superior, muy útil. Los mandos son
los electrónicos de la firma sueca y,
opcionalmente, se puede montar el
sistema de joystick Volvo Aquama-
tic para las colas de estos motores.
Puesto con gran visibilidad, er-
gonómico y de buen gusto, muy
bien concebido, a excepción de la
ubicación del acompañante.
INTERIORES
Merecen sin duda un sobresalien-
te. Si la Atlantis 43 resuelve bien
la zona abierta, en los interiores
triunfa rotundamente. Es reflejo de
una excelente combinación de una
embarcación abierta con las pres-
taciones de un crucero de gran ha-
bitabilidad. Interiores luminosos,
bien ventilados, con una altura bajo
baos impresionante, de casi dos
metros, y una decoración que nos
recuerda el estilo italiano más des-
tilado, aplicado en los grandes yates
de la marca Azimut. Esta Atlantis
43 bate récords en estética y a pe-
sar de tener un francobordo casi al
límite, no rompe con un perfil de
líneas equilibradas. Esto favorece
el volumen interior, y una distri-
bución que sin apurar los espacios,
obtiene grandes rendimientos. La
planta distribuye un espacio central
con el salón en U a babor y la co-
cina enfrente, perfectamente equi-
pada, demasiado bonita como para
que pueda parecer práctica, pero lo
es, impecable, con nevera y conge-
lador separados, el sueño de cual-
quier chef. La zona de proa queda
ocupada por la cabina en V, con dos
armarios roperos, cajones y portillos
además de la escotilla. Este camaro-
te tiene su aseo privado, con ducha,
inodoro y lavabo, todo cuidado en
el menor detalle. Hasta aquí todo
muy bien. Pero lo mejor está en el
centro del barco, donde el astillero
ha logrado meter una cabina de in-
vitados brutal, que abarca toda la
manga pero cuyas dimensiones re-
sultan impresionantes. Puede tener
dos o tres camas, dispone de mue-
ble tocador, armario ropero y una
altura junto a la entrada superior
a los dos metros. Una maravilla de
camarote que, además, puede unir
las dos camas principales.
