Revista Nautica Y Yates 24 - page 120

[PRUEBA MOTOR]
Parker 630 Sport y Bow Rider
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regulable en altura y aproximación,
muy cómodo. La consola distribu-
ye la relojería del Mercury a ambos
lados de la pantalla central, que es
opcional, y ubica en el costado la pa-
lanca con el power trim por la parte
interior. El volante forrado en piel
se complementa con un portavasos
y los interruptores táctiles y estan-
cos. No falta un reposapiés pero sí
un compás coronando el panel. En
la Sport el puesto está perfectamente
adaptado a este tipo de embarcación.
Por su parte, la Sport, dotada
de una consola central, disfruta de
más superficie en el panel para dis-
tribuir toda la electrónica, además
de contar con una guantera frente
al acompañante. Entre los detalles a
destacar en la Bow Rider está el asi-
dero frontal para el acompañante, el
reposapiés y el pasamanos que cubre
el parabrisas en los lados. El volante
es igual que el de la Bow Rider, así
como los interruptores táctiles y el
asiento monoplaza ajustable.
Un puesto más deportivo que el
de la Bow Rider y perfectamente
diseñado para incorporar todos los
equipos de navegación necesarios.
NAVEGACIÓN Y
CONCLUSIONES
Cuando se navegan embarcacio-
nes de esta eslora con mala mar es
cuando realmente se pone de mani-
fiesto la capacidad de las carenas, la
evolución de los barcos y la calidad
de las prestaciones en la navega-
ción a cualquier régimen. Y es que
con marejadilla (a casi marejada) y
viento con rachas de hasta fuerza 6
(unos 25 nudos de viento), las exi-
gencias para navegar se convierten
en una prueba de fuego para este
tipo de barcos. Tanto la Sport como
la Bow Rider se comportaron feno-
menalmente, si bien la versión Bow
Rider, por su parabrisas envolven-
te, protegía mejor de los rociones
que levantaba inevitablemente el
viento. Por su parte, la Sport, más
desprotegida por los costados, reci-
bía el mar levantado por las fuertes
rachas de viento.
La Sport con el Mercury de cua-
tro tiempos de 115 Hp fue capaz de
alcanzar los 35 nudos de punta, lo
que nos hace suponer que sin oleaje
y buenas condiciones, la velocidad
fácilmente se puede incrementar en
unos tres o cuatro nudos. Para man-
tener un régimen de crucero con esta
potencia bastan los 25 a 26 nudos
a 4.500 rpm. En salida la Sport re-
quiere siete segundos, y en nueve
más se pone a su máxima velocidad.
Esto evidencia que, a pesar de las
malas condiciones de mar, con 115
Hp puede obtener una marca mejor,
reduciendo el planeo en un par de se-
gundos. El motor, en este caso estaba
un poco alto y no favorecía la salida,
pero esto se resuelve de forma muy
sencilla bajándolo un punto.
Por su parte la Bow Rider, con un
150 Hp dejaba sentir mucho más
nervio, con más reprís y mayor ca-
pacidad de aceleración, ya que so-
lamente los 35 caballos de más le
permitían alcanzar una máxima de
casi 42 nudos. Para mantener un
buen régimen de crucero en la Bow
Rider bastan los 27 nudos a 4.300
rpm. Exige un tiempo de planeo de
cinco segundos, y en ocho más se
pone a tope.
Basadas en la misma carena, las configuraciones
de bañera son dos propuestas bastante distantes.
3, 4 y 5.
La proa
de la Sport está
inteligentemente
aprovechada con
un asiento cerrado,
convertible en un
solárium o dinete.
6 y 7.
El banco de
popa de la Bow
Rider puede montar
una amplia dinete.
Bajo los bancos
no faltan buenos
cofres de estiba.
8.
El cofre frontal
de la Sport es
un importante
volumen para
estiba en este
barco.
9.
La Sport limita
algo el espacio
disponible a
popa, ocupado
por un banco
y los asientos
monoplaza.
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