[OCÉANOS]
Vendée Globe
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E
sta octava edición de la Vendée Globe será, sin
duda, la Vendée de los foils. Los nuevos imocas
han revolucionado la clase y han marcado clara-
mente un antes y un después: ninguno de los diseños
anteriores puede competir en velocidad con los barcos
dotados de esos apéndices. ¿Bastará sin embargo ese in-
cremento de velocidad para ganar una vuelta al mundo?
¿Resistirán los barcos? ¿Y los patrones?
Tras la Transat Nueva York-Vendée de la pasada pri-
mavera, algunos navegantes aseguraron que sus mon-
turas les daban miedo, que el ruido era insufrible, que
moverse a bordo resultaba muchas veces peligroso.
Hubo quien incluso dudó de que se pudieran aguantar
semejantes condiciones durante dos meses y medio. Las
apuestas, sin embargo, pronostican casi unánimemente
la victoria de uno de los siete barcos con foils, y que se
batirá el récord de la prueba establecido hace cuatro años
en 78 días (los cálculos teóricos indican que cubrirán el
recorrido en dos o tres días menos), pero también prevén
que la mayoría de ellos se retirarán. ¿Quiénes aguanta-
rán hasta el final? ¿Ganará el primero en levantar un
poco el pie del acelerador para preservar su montura?
Detrás de la batalla de los nuevos imocas, habrá una
segunda regata protagonizada por los barcos más con-
vencionales. Vincent Riou es quien mejor conoce su
montura y sus límites, lo que sobre el papel le otorga
una ventaja envidiable, sobre todo si se tiene en cuenta
que su
PRB
es el imoca sin foils más rápido, y su patrón,
uno de los solitarios con más experiencia en esos bar-
cos y el único participante que ya ha ganado la Vendée.
De momento, no solo está aguantando el tipo, sino que
Al paso por el Ecuador, cinco de los siete primeros llevan esos nuevos apéndices.
Vendée Globe
Banque
Populaire.
St Michel-
Virbac.
Safran.
En los primeros 10 días Alex Thomson
llevaba más de 28 horas de ventaja sobre
el tiempo de referencia.
©
B.Stichelbaut
©
Vincent Curuchet/DPPI/Vendée Globe
La edición de los foils
