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[CRUCERO PRÁCTICO]
La cocina es un
punto crítico en
la vida a bordo.
En un barco
de 12 metros
actual, como
este Oceanis 41,
el espacio de
cocina suele ser
suficiente.
Los interiores
de los barcos
actuales, como
el de este
Jeanneau 54,
generalmente
con una gran
manga, permiten
vivir a bordo con
total comodidad.
©
Michal Baginski
opción guardar cosas importantes
en un guarda muebles o similar.
Vivir a bordo está muy bien, pero
quizás se arrepienta y eche en falta
cosas que no debería haber arrojado
por la borda. Y nunca mejor dicho.
Piense que no es descabellado que
vuelva a vivir en tierra.
4. SIGUE SIN TENER
ESPACIO
Aunque viva solo, de repente se da
cuenta que le falta espacio. Bien
venido al club. Vivir en un barco
es hacer un cambio de vida radi-
cal, donde tendrá que decidir lo
que le es realmente importante,
lo que necesita de verdad, a bordo
y en tierra. La mayoría de puertos
deportivos disponen de casetones
para estibar pertenencias, pero,
cuidado, evite que el casetón se
convierta en un trastero, guarde
sólo lo que necesita, y no olvide
que suelen ser muy húmedos y con
un ambiente rodeado de salitre.
5. BUSQUE UN AMARRE
CÓMODO
Si ya lo ha hecho habitualmen-
te, en el caso de vivir a bordo es
fundamental: el amarre ha de estar
cerca de las duchas, con plaza de
aparcamiento cerca, que le permita
cargar y descargar comida y trastos
con facilidad.
6. VIVIR, NAVEGAR, O
VIVIR Y NAVEGAR
No es lo mismo. Hay quien vive
en un barco y ni quiere ni puede
navegar en él. Es la modalidad del
barco-pontón. Lo que prima enton-
ces es la comodidad, la estiba, y el
barco es más una casa flotante que
otra cosa. Luego está el barco para
navegar, en muchos casos es un ve-
lero, y es aquí cuando se dispone de
poco espacio de estiba a causa del
diseño de los mismos. El interme-
dio es una motora, más habitable y
con posibilidad de navegar pero no
para grandes travesías. Cuidado:
muchos convierten el barco en una
vivienda tan agradable que al final
no navegan. La felicidad completa
no existe.
7. SÓLO O ACOMPAÑADO
Le recomiendo poco personal a bor-
do. Solo o sola o en pareja. El es-
pacio es reducido y la convivencia
es difícil. Una cosa son unos días
de vacaciones y otra es vivir todo
el año en unos metros cuadrados.
Los invitados, hijos y familiares son
bienvenidos. Prevea camarotes adi-
cionales al respecto. Recuerde que
amigos y tripulantes agradecerán
un cierto confort.
8. INSTALACIONES
Es importantísimo acceder a la luz,
el agua y conexiones wifi. Calcule
que más que combatir al frío —es-
tamos en un país de clima benévo-
lo— su verdadero problema será
la humedad y la condensación. El
asunto da para otro artículo, pero
el confort a bordo en este aspecto es
fundamental. Infórmese.
9. PREGUNTE, BUSQUE
UN COLEGA
Casi seguro que en el puerto don-
de vaya a vivir hay varios barcos
habitados. Hable con ellos. La co-
munidad suele ser muy abierta y
mira con buenos ojos a cualquier
chalado que quiera vivir, como
ellos, en un barco.
10. COCINA A BORDO
Pocos barcos están pensados para
ser una vivienda habitual. Déca-
das atrás los astilleros diseñaban
y construían veleros para largas
navegaciones, pero hoy por hoy
el diseño piensa en estancias cor-
tas y vida a bordo despreocupada.
Las zonas de estiba de comida no
son amplias ni cómodas, las ne-
veras no son como las de su casa,
por no hablar de la cocina y el es-
pacio para trabajar. La mayoría de
navegantes son buenos cocineros,
pero si su caso es de incorpora-
ción reciente al fascinante mundo
de la náutica y la cocina, le re-
comiendo que estudie bien este
punto, porque es importante or-
ganizarse bien.
11. PUNTO DE REGALO
Habíamos dicho diez… Como úl-
timo consejo le recomiendo que
no tome una decisión precipitada.
Comprarse u barco es cumplir un
sueño. Ir a vivir a bordo también.
Para evitar que se convierta en una
pesadilla, lo mejor es hacer una
prueba. Si no tiene barco lo puede
pedir prestado para la experiencia
o alquilar. Suerte.
©
Nicolas Claris
