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El objetivo
de los foils
por ahora
no es volar
como sucede
con los
catamaranes
de la Copa
América.
©
Jesús Renero/Oman Championship 2017
OCÉANOS
L
a Copa América del 2013 marcó clara-
mente un antes y un después en la navega-
ción a vela. Cierto que ya habíamos visto
algunos barcos (sobre todo los moth) que volaban
después de levantarse totalmente sobre el agua y
sustentarse únicamente sobre la orza y el timón.
Pero no fue hasta que todos vimos cómo catama-
ranes de varias toneladas volaban sobre la bahía
de San Francisco que los diseñadores empezaron
a pensar seriamente en implantar alerones en los
barcos oceánicos. Cierto que ya había habido
precursores, como el trimarán con foils de Eric
Tabarly, o el Hidroptère francés. Pero no habían
conseguido afianzarse.
El objetivo por ahora no es volar (conseguir
que el casco salga del agua por completo, como
sucede con los catamaranes de la Copa Améri-
ca), sino solo ‘volar un poquito’ (pero cada vez
más), es decir, lograr que al menos la mitad
delantera del casco no toque el agua. Con esta
reducción de la fricción, se consigue un más
que significativo incremento de la velocidad.
La gran incógnita,
no resuelta aún por
completo, es hasta
qué punto se puede
volar sobre el agua
cuando esta se en-
cabrita. Una cosa es
(o parece ser) nave-
gar con olas relati-
vamente pequeñas y
otra muy distinta es hacer-
lo en medio de un temporal, con
olas de seis, siete u ocho metros de altura.
Pese a todas esas incógnitas, ahora, cuatro años des-
pués de la Copa América de San Francisco, parece claro
que las regatas de altura están entrando en una nueva
dimensión; y antes de lo que podamos imaginar, esta
nueva dimensión se irá introduciendo en la vela de re-
creo. Las competiciones están desbrozando el camino.
Los imocas han demostrado ya que este es el camino:
los cuatro primeros clasificados de la última Vendée
Globe eran monocascos provistos de foils. La clase Fi-
garo estrena este año el prototipo del nuevo monotipo,
que se usará a partir de 2019, también provisto de esos
apéndices voladores. Y ya hay minis que han consegui-
do navegar completamente fuera del agua ¡con apenas
nueve nudos de viento!
EL CÍRCULO VIRTUOSO
Hemos dicho que el logro principal de esos alerones es