Sun Odyssey 469
[Prueba vela]
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1.
El añadido del
código 0 da al
Sun Odyssey un
suplemento de
vitalidad. La línea
del casco y sus
adornos formados
por portillos o
ventanales es de
gran elegancia.
2.
El diseño de
Briand incluye un
pantoque en arista
muy típico de los
diseños actuales.
El espejo acoge un
portón que remata
las formas algo
duras del casco,
con un magnífico
resultado.
locar en sus diseños. Equilibrado, sensible y
de respuesta fácil, asegura disfrute a su piloto
manteniendo siempre un control de grado en
el lugar en donde va a parar la proa, sea cual
sea la ola.
También nos gustó, al navegar en él, la fa-
cilidad con que se aproximaba a la velocidad
de casco incluso en los vientos de menos de 7
nudos en que le utilizamos. La ayuda de un
código 0, cazado en la popa y con una gran
superficie, era sin duda inestimable. El pla-
no vélico normal hubiera usado un génova de
poco recubrimiento, que habría sido escaso
en aquella brisa pese a la buena calidad de las
velas vistas a bordo.
Los cadenotes van entrados y no en la bor-
da. Por ello, basta instalar unos raíles en los
corredores para meter allí un génova de recu-
brimiento clásico. Los navegantes mediterrá-
neos agradecerán esa posibilidad, que hoy en
día pocos veleros de serie ofrecen.
Barco de gran tamaño por su eslora, se
comporta con mucha más agilidad de lo que
esto hace prever. Sus velocidades a motor son
espectaculares con una potencia de máquina
más que normal, lo que confirma la eficacia
de su carena.
MUCHOS METROS DE CUBIERTA
Aprovechada hasta sus extremos, la cubier-
ta ofrece muchos metros cuadrados de pla-
E
mpecemos por la carena diseñada
por Philippe Briand: con sus ca-
si 11 toneladas de desplazamiento
en menos de 14 metros de eslora, se
expande bajo el agua desde una proa vertical
hasta casi el espejo dando volúmenes de suave
desarrollo en ambas bandas, que reducen su-
perficie mojada al escorar, pero mantienen un
equilibrio de empuje hidrostático y simetría
muy importantes.
Fácil de mover en el agua, y con una entra-
da fina que le ayudará a remontar contra la
mar, alza la proa fuera del agua con facilidad y
usa la flotabilidad trasera para alejar la ola de
su estela. Su pantoque es efectivo a los pocos
grados de escora, y usa su manga para modi-
ficar de forma notable el centro de flotación.
Eso tendría que compensar el relativamen-
te escaso porcentaje de lastre que carga en su
quilla en forma de zapata alargada hacia atrás.
A pesar de ello su estabilidad máxima se sitúa
sólo en los 30 grados, y el valor positivo de su
GZ se limita a los 115 grados de escora.
Nuestra prueba se realizó con poco viento,
y no nos es posible juzgar si ese paquete de
estabilidad es suficiente para aguantar todo el
trapo en una brisa de 15 nudos.
Lo que sí podemos confirmar es su excelen-
te comportamiento al timón, ya habitual en
los diseños de Briand gracias a la generosa y
profunda pala que el francés acostumbra a co-
Vídeo
Sun Odyssey 469
2
©
B.Kolthoff
©
B.Kolthoff