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Trucos
[crucero práctico]
L
os cabos también merecen su
atención en las fases de man-
tenimiento invernal. Pueden (y de-
ben) repasarse en toda su longitud,
en sus chicotes y gazas y, por últi-
mo, someterlos a un lavado suave
para recuperar su textura y colorido
original.
Los cabos que circulen escon-
didos (drizas en el palo, rizos en
botavara,…) deberán ser extraídos
dejando unas buenas guías. Poco a
poco se amontonarán todos los ca-
bos en la bañera, y después de re-
pasarlos, se procederá al lavado. En
las náuticas encontrará detergentes
suaves no agresivos para tal menes-
ter. Y, se lo crea o no, puede lavar la
cabullería en la lavadora utilizando
los programas de ropa delicada. Si
entiende de cabullería, cambie de
sentido los cabos o acórtelos para
desplazar los puntos de trabajo.
Actualmente existen tipos de cabos
de muy altas prestaciones que vale
la pena cuidarlos, pues es un capí-
tulo importante de gastos; y más
en un velero. Cuidar el material de
a bordo incrementa la seguridad y
produce un gran ahorro en el gasto
de materiales.
Pero, recuerde, ahorrar en cabos
suponiendo que con un desgaste
evidente aguantarán, es jugarse
la seguridad en el mar. Algo muy
serio.
Albert Puerto
Escala de respeto
Primeros auxilios
Accesorios
U
no de los mayores placeres que
deparan los barcos es el de es-
coger calas y rincones de radiante be-
lleza para bañarse en sus cristalinas
aguas. Acuérdese siempre de bajar
la escala antes de saltar al mar, sobre
todo si no queda nadie a bordo. No
se si habrá oído contar ese famoso su-
ceso de una tripulación ahogada por
no poder subir a cubierta por el ton-
to olvido de bajar la escala. Nunca
he sabido si es verdad, pues es una
triste historia que ya la tengo oída de
distintos lugares.
Si por alguna razón perdiera la
escala o su barco no dispone de tan
simple artilugio, siempre podrá
construir una escala de respeto con
Cabullería
L
a evacuación es la maniobra de
traslado de personas de una a
otra embarcación o a un helicóptero.
Es una operación que podrá llegar a
ser sencilla o complicada dependien-
do mucho del estado del mar y de
la gravedad de la persona evacuada.
En cualquier caso, será necesario una
correcta planificación vía radio para
garantizar el éxito de la operación.
Entre barcos, el barco de menor
porte siempre estará situado a sota-
vento. Es el caso es de una embar-
cación deportiva auxiliada por un
buque de pesca o mercante. Si se
trata de un velero es muy posible
que acabe desarbolando al golpear el
palo contra el costado del buque de
auxilio. Desde el buque se lanzarán
cabos para rescatar a los tripulantes
o, si los evacuados pueden ir por su
propio pié, mucho mejor montar
una red de salvamento. Siempre se
aprovechará que la embarcación esté
arriba de la ola para saltar a los cabos
o red. Es más conveniente dejarse
izar que trepar.
Con helicóptero se comunicará
antes de su llegada pues probable-
mente el ruido impedirá oír las con-
versaciones. El barco se mantendrá
con la proa a unos 30º del viento,
y el helicóptero llegará por popa.
Para evitar accidentes en veleros,
será conveniente dejarse izar desde el
bote salvavidas largado por popa. Si
pasan una camilla, primero se deberá
atar al accidentado y posteriormente
se procederá al izado de la camilla.
Evacuación de embarcaciones
Cabos como
nuevos
un cabo, así no tendrá por que ne-
garse ante esos placenteros chapuzo-
nes. Sencillamente arme una serie de
gazas consecutivas y separadas unos
dos palmos mal medidos para usar-
las de escalón. Eso sí, amarre fuer-
temente un extremo al barco, si no
será inútil todo el trabajo. Reconoz-
co que este tipo de escala es molesta
de usar, y el cabo duele un poco en
la planta de los pies, pero verá como
conseguirá subir a cubierta.
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