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cho dice mucho no solo de la pericia de los navegantes de
nuestro país, sino también de los equipos de tierra encar-
gados de la preparación de los barcos antes de la salida.
Stamm y Le Cam se ganaron a pulso el merecido triun-
fo del
Cheminées Poujoulat.
Cierto que se beneficiaron
del abandono del
Hugo Boss
de Alex Thomson y Pepe
Ribes, y también de la parada forzosa del
Neutrogena
de
Guillermo Altadill y el chileno Jose Muñoz; pero hay
que reconocer que siempre estuvieron cerca de la cabeza
de la regata, supieron aprovechar su oportunidad para
colocarse líderes antes de llegar al Gran Sur, previeron
muy bien las distintas situaciones meteorológicas y fue-
ron capaces de solventar los numerosos problemas de
material que se les presentaron. A título de ejemplo,
navegaron casi la mitad de la vuelta al mundo sin su
veleta principal; durante semanas enteras solo pudieron
usar una provisional situada en el balcón de popa del
barco, que iban cambiando de lado cuando trasluchaban
o viraban; y solo hacia el final consiguieron colocar una
nueva veleta en lo alto del mástil, conectada a la central
electrónica mediante un cable que tuvieron que tirar por
el exterior del palo.
Fue una victoria trabajada milla a milla —Le Cam
dijo que nunca había dado una vuelta al mundo tan rá-
pida— y dura, hasta el punto de que el bretón reconoció
que, de haberse tratado de una regata en solitario, segu-
ramente no habrían conseguido terminarla.
EL VALOR DE LA EXPERIENCIA
Muy buena ha sido también la regata de Guillermo
Altadill y José Muñoz, que estuvieron en contacto con
la cabeza hasta que tuvieron que desviarse a Nueva
Zelanda para reparar su alternador. Después, mantu-
vieron un duro codo a codo con el
Gaes Centros Audi-
tivos
, que ganaron pese a navegar varias semanas prác-
ticamente sin información meteorológica, después de
averiar también su antena de comunicación. Guiller-
mo Altadill, el español con más vueltas al mundo a sus
espaldas, ha demostrado que la experiencia es un grado
y se ha consagrado en la élite de los mejores navegantes
oceánicos del mundo.
Anna Corbella y Gerard Marín han subido de gol-
pe un par de escalones en este selecto mundillo. Tras
una primera vuelta al mundo de la mano de expertos
navegantes hace cuatro años —Dee Caffari y Ludovic
Aglaor, respectivamente—, en esta ocasión han sor-
prendido con una magnífica regata. No se trata solo de
haber conseguido la tercera plaza del podio, sino sobre
todo de haber navegado a la altura de los mejores. Es-
pecialmente alabado por los medios internacionales ha
sido el comportamiento de Anna Corbella, pues más
de uno dudaba de que pudiera aguantar el ritmo de los
primeros en el Gran Sur.
Guillermo
Altadill, con
José
Muñoz, acaba
segundo en
su séptima
circunnavega-
ción.
C
on su segundo puesto, Guillermo Altadill se cobra la
cuenta que tenía pendiente con la Barcelona World
Race. El patrón catalán se retiró en la primera edición y no
pudo participar en la segunda. En esta ocasión, sí logró
terminar, y lo hizo además con un meritorio segundo
puesto, culminando su séptima vuelta al mundo, un
récord del que muy pocos navegantes pueden presumir,
haciendo esta vez pareja con el chileno Jose Muñoz.
“Acabar la regata e intentar estar delante era una
asignatura pendiente desde el 2007. En todas las regatas
oceánicas vas por pasos: primero acabarla, después
acabarla bien y finalmente ganarla; en esta tenía que
hacerlo todo a la vez. No he podido
ganar, pero ha sido una buena regata
y hemos luchado hasta el final. No es
mala suerte, porque la mala suerte no
se tiene: ha habido momentos en que
no hemos sabido arreglar las cosas. En
las regatas oceánicas lo que te queda
es que has podido luchar hasta el final,
Altadill se cobra una cuenta pendiente
©
BWR 2014-15 / Gilles Martin-Raget
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BWR 2014-15 / Gilles Martin-Raget
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