Revista Náutica&Yates 34 - page 60

[ESPECIAL EQUIPO]
Los cabos
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más bajo (7% a la carga de
trabajo). Pero resiste mejor el
agua de mar y los ultravioletas.
Su carga de ruptura es un 20%
superior a la poliamida, pero es más
caro. Queda el de ocho cordones
de poliamida, que tiene la ventaja
de ser más flexible, es fácil de unir
a la cadena y puede utilizarse en
un barbotín de molinete. Para
realizar un cabo de cordones, se
unen muchas fibras entre ellas para
formar un cordón, y se ensamblan
finalmente tres de ellos. Para
lograr un cabo homogéneo, todos
los fabricantes efectúan para el
cordón una torsión a la izquierda,
y para el cabo final una torsión a la
derecha. Esta forma de realizarlo es
simple, lo que permite lograr un
precio, dependiendo del material,
razonable. Un aspecto importante
es que sea fácil de ayustar. Como
variante, se mantienen los cordones,
Para el
amarre se usa
la poliamida, el
poliéster o el
polipropileno.
Cabo con
funda para
protegerlo de
las mordazas.
El mercado ofrece
innumerables tipos de cabos
para usos específicos.
Así trabaja una
máquina de
fabricación.
CABOS PLOMADOS PARA
ANCLAS LIGERAS
El uso de las anclas ligera es para
fondeo o en condiciones de buen
tiempo. Es evidente que, siendo el
ancla ligera, no se va a usar cadena
como línea de fondeo. Es aquí
donde entran en juego los cabos
plomados. Están formados por una
trenza de poliéster exterior con
un alma en cadenilla de plomo.
Generalmente solo son plomados
los últimos diez metros.
CABO DE REMOLQUE
Es fundamental tener una amarra de
remolque a bordo por si se necesita.
Su longitud debe ser como mínimo
de 50 metros. Para amarrar,
especialmente abarloados, hay
que prever disponer de los cabos
específicos para la proa y la popa del
barco con una longitud de cómo
mínimo la eslora del barco.
pero se acude al trenzado. El cordón
de base, siempre agrupado en tres,
se ensambla mediante trenzado
cuadrado. Cada hebra está formada
por dos cordones hasta un total
de ocho (4 x 2). El resultado es
excelente, se une directamente
con la cadena. En el mercado
encontramos algunas variantes con
funda exterior de protección. La
fuerza de tracción en un fondeo
puede ser muy grande. En un barco
de nueve metros con un viento
de 15 nudos, que es en promedio
de 80 kg, pasa a 630 kg con 40
nudos y mucho más con las rachas.
Respecto a la longitud, depende
de las zonas de navegación y de
las mareas. Con las nuevas
generaciones de ancla no
articuladas, hay que calcular
una longitud igual a cinco
veces la profundidad bajo la
quilla, lo que a veces no es posible.
L
os cabos son productos consumibles, paro para que duren,
hay que escogerlos en función del uso que se les quiera dar. El
mantenimiento también es importante. Es simple: lavar los cabos con
agua dulce, invernar en seco todos los que se pueda y, los que queden
a bordo, evitar dejarlos en tensión. Existen numerosos fabricantes de
cabos que ofrecen productos para usos especiales a bordo.
Recuerde estas simples reglas:
El poliéster tiene una excelente relación calidad/precio. Con
frecuencia la totalidad de los cabos de a bordo son de este material.
El polipropileno se aconseja para el remolque por el hecho de que
flota, pero hay tener en cuenta que es sensible a los rayos UV.
Para reconocer las fibras, basta con quemar el extremo. El poliéster
ennegrece y forma una bola,
la poliamida se funde sin
ennegrecer, y el polietileno
(Dynema, Spectra) se ensancha y
desprende olor a cera.
Nuestro consejo
Para amarras los más comunes son
los cabos de poliamida o poliéster.
El cabo
plomado
se usa para
fondeo con
ancla ligera.
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