[INFORMÁTICA A BORDO]
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El móvil náutico con
cámara térmica
U
na de las rutinas habitua-
les en los fondeos es com-
probar el agarre del ancla.
Para ello, tras la maniobra habitual y
el cálculo de cadena según el fondo,
uno de mis hijos se pone sus gafas
de buceo y se tira al agua para com-
probar que el ancla está bien pues-
ta, la cadena en buena posición y
que su conjunto no garrea. Además,
comprueba que no tenemos peligro
cercano de enrocar. Lo que no es ha-
bitual es que cuando sube a bordo de
nuevo lo haga con un iPhone en la
mano. “Papá, estaba junto al ancla,
otro más este año”. Y es que no es el
primer móvil que nos encontramos
en el fondo del mar. La pena es que
son irrecuperables. Ni con arroz ni
con inventos de secado podremos
recuperar un teléfono que se nos ha
caído al mar. En este caso tuvimos
ese iPhone varios días en arroz, para
ver si podíamos recuperarlo, ponerlo
en marcha y devolvérselo a su dueño.
Pero lo tuvimos varios días en arroz,
otros tantos al sol y hasta lo des-
montamos para colgar la batería y la
placa al sol, pero los esfuerzos fueron
en vano. Así es que a guardarlo para
Hay móviles muy avanzados, con brillantes, con fundas de moda,
grandes y pequeños, pero, algunos, muy pocos, pueden con casi todos,
como es el caso de este CAT S60. Es un todoterreno, con cualidades
muy especiales, ideal para el entorno marino… también.
José Mª Serra
llevarlo como chatarra a un punto
verde al regresar a tierra.
¿A cuántos de nosotros se nos ha
caído el móvil al mar, a la piscina,
o simplemente se nos ha derramado
sobre el dispositivo un vaso de aguan
o un café? Creo que casi todos he-
mos tenido un incidente con nues-
tro móvil, y en la mayoría de casos
con consecuencias desastrosas. O no
se recupera o lo hace sin funcionar
el altavoz, o el micrófono, o directa-
mente con la pantalla en negro. Ni
arroz ni inventos. A comprar uno
nuevo. No queda otra.
EL TEMA DE LA FUNDA
Si el cambio de móvil es habitual-
mente cada año o cada dos años, en
el mismo periodo nos ponemos a
buscar fundas resistentes a golpes y
fundas impermeables. Las resisten-
tes a golpes son habitualmente muy
voluminosas e incomodas de llevar,
y acabamos prescindiendo de ellas
a pesar de haberlas comprado. Y las
impermeables son fundas de plástico
para el uso puntual cuando tenemos
riesgo de caída al agua, como puede
ser al ir a la playa, bajar con el din-
gui, o simplemente al estar en plena
navegación. Pero son tan incomodas
que tampoco las usamos a pesar de
tenerlas a bordo.
Sea la funda que sea, o son incó-
modas, o son poco fiables o son en-
gorrosas de uso, ya que perdemos,
en muchos casos, el acceso fácil a los
botones, o las prestaciones de la pan-
talla táctil, y podemos usarlo sólo
para llamadas de voz.
Algunas marcas han lanzado mó-
viles sumergibles, pero con limita-
ciones en profundidad y tiempo bajo
el agua. Por ejemplo, el Samsung
Galaxy S8 y S8+ cuentan con el es-
tándar IP68, resistiendo sumergidos
hasta 1,5 metros de agua durante 30
minutos. Pero sigue siendo un móvil
muy frágil para llevarlo a bordo sin
estar padeciendo por su integridad.
Con los últimos modelos de iPho-
ne ocurre algo parecido. Ambos han
obtenido la calificación IP67. Tienen
CAT S60